Opinión

¿Por qué Jamaica y no RD?

¿Por qué Jamaica y no RD?

Jamaica es un país vecino que cuenta con unos 2.5 millones de habitantes y una economía unas 5 veces más pequeña que la nuestra, sin embargo conforme a un reportaje de Bloomberg publicado la semana pasada, el diminuto país tiene un mercado de acciones con una capitalización de más de $5 mil millones de dólares, con unas 57 compañías cotizando sus acciones abiertamente y manteniendo un volumen diario promedio en dicho mercado de unos $700,000 dólares. En la República Dominicana el número para esas tres variables es cero (0).

El potencial para impulsar el ahorro interno y atraer capital del extranjero hacia la inversión en nuestras empresas y economía es alto, pero la necesidad de recaudar más dinero por parte del Estado a través de sus políticas fiscales ha venido colisionando con su propio interés de atraer mayor inversión en el sector privado que movilice el crecimiento económico tan deseado.

Si bien el mercado de renta fija en general de nuestro mercado de valores ha ido creciendo de forma significativa, especialmente gracias al impulso que han brindado los títulos del Banco Central y Hacienda colocados en estos, la realidad es que el importantísimo mercado de renta variable en nuestro país se mantiene muy reprimido, pudiendo apenas recientemente dar sus primeros pasos a través de los fondos de inversión. La cotización de acciones, que es la madre de las operaciones de renta variable, aún es inexistente debido a las cargas tributarias y regulatorias que han hecho de su ejecución algo virtualmente irrealizable.

Uno de los aportes más relevantes que ofrecería la existencia de un mercado de acciones dinámico, robusto y transparente es la información que ofrece a todos los actores del mercado incluyendo al mismo Gobierno e inversionistas internacionales, sobre el estado de las industrias locales que participen en este, lo que tiene un efecto reproductor y cuyo valor agregado, incluyendo a las cuentas fiscales del Estado, es mucho mayor de lo que jamás las actuales cargas tributarias y regulatorias podrán proveerle. Es por ello que el ejemplo de Jamaica, y el crecimiento de su mercado local de acciones, debe llamarnos la atención ya que como nación estos no son tan disímiles a nosotros mostrando un ejemplo de lo que quizás se podría hacer. No existen países desarrollados que no cuenten con un mercado de acciones medianamente representativo.

Luego de las elecciones del 2016 el Pacto Fiscal se tornará impostergable, y el tratamiento tributario de las inversiones a través del mercado de valores formal de nuestro país debe asumir un foco central en ese debate. El Estado de su parte deberá aprender que no hay sacrificio en renunciar a las migajas fiscales que obtiene de meter sus dientes en el mercado de valores, cuando hacerlo devengará ineludiblemente para su propio beneficio.

El Nacional

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