Siempre se relaciona la Navidad con alegría, paz, reuniones familiares y amigos, grandes banquetes, en fin es considerada una de las temporadas más esperadas y felices del año, sobre eso muchas personas estarán de acuerdo, pero lamentablemente otras no pensarán lo mismo.
¿Has escuchado hablar de la depresión navideña, depresión blanca o blues de Navidad? La psicóloga clínica Karem González explica que es un subtipo de afectación psicológica cuyo término técnico es “depresión estacionaria”.
“Es caracterizada por ser un cuadro clínico de ánimo aplanado, reducción considerable de la voluntad y la motivación, humor irritable o hipersensible, cansancio generalizado y fatiga, acompañado de la necesidad de mantenerse aislado o retraído, y sentir fastidio frente a la celebración de festividades y encuentros casuales”.
En cuanto a sus causas, seguro te imaginarás a qué se debe, pues en algún momento de esta temporada te has sentido triste por la falta de algún ser querido que ya no se encuentra en este mundo, pero además de esto, existen otras razones.
“Algunas teorías apuntan a la hipótesis de ver la Navidad como un evento que trae recuerdos de una pasada niñez, lo cual puede sumergir a la persona a un estado de nostalgia y pena, sobre todo si en fecha reciente se ha sufrido la pérdida de algún familiar o persona significativa. Por otro lado, se asume que la temporada navideña, al ser el cierre del año, el ánimo depresivo quizás también pueda deberse a la presión social de alcanzar ciertos niveles de éxito, y realización personal.
El encuentro con familiares puede ser un gran detonante de estrés y ansiedad ante diversas preguntas personales, eso también pudiera darnos una razón importante para dar explicación a este fenómeno”, afirma la especialista del Centro Vida y Familia.
Continuó diciendo que para las personas diagnosticadas con depresión, ansiedad o fobia social, las celebraciones se hacen aún más difíciles. Enfrentar una reunión familiar, salir a comprar con las calles y tiendas llenas de gente e involucrarse en actividades sin ninguna ilusión por las fiestas, aumenta la sensación de soledad y de incomprensión social.
A tomar en cuenta
La doctora González, recomienda que si te has identificado con alguno de estos síntomas, es importante que se tome en cuenta lo siguiente:
1. No idealices la Navidad, libérate de las expectativas. Las ilusiones son fantasías, no predicciones.
2. Frena los «debería» y «tengo que». En Navidad también es válido decir que NO.
3. Mantenlo simple. Olvida los detalles y céntrate en quienes son importantes para ti. Apóyate en las personas de confianza.
4. Celebra a tu manera. No siempre podemos seguir las tradiciones a pie de la letra.
5. Todas las emociones son válidas. Si te sientes triste por la ausencia de algún familiar o persona significativa, date el permiso de vivirlo.
6. Controla el consumo de alcohol. Contrario a la opinión popular, el alcohol es un potente depresor que pudiera detonar un cuadro depresivo importante.
7. Por fin, ten paciencia contigo mismo y con tus propias emociones.
La psicóloga agregó que “las navidades también son momentos en los que podemos hacer las paces con nuestros recuerdos. Hacer las paces con nuestros fracasos, y hacer las paces con quienes ya no están, o ya no quieren estar. La navidad es una época que remueve muchos sentimientos por el carácter nostálgico, y embriagador que le acompaña”.
“Es válido no estar feliz todo el tiempo como se ve en los anuncios, y es sano permitir que dichas emociones lleven su ritmo y su proceso, pero en caso de identificar que el ánimo no mejora, o que por el contrario, solo empeora, lo oportuno es buscar ayuda” culminó diciendo.