POR: Daniel Guerrero
guerrerodanielus@yahoo.com
¿Señales recesivas?
Las fuertes caídas que se están registrando en las bolsas de valores de Estados Unidos, Europa, Asia, están sembrando inquietud en los mercados financieros internacionales. Ocurre que tras reciente decisión de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos reduciendo su programa de compra de bonos para estimular la economía y enviando una señal de cambio en su política monetaria expansiva. Ben Bernanke, el saliente presidente de la FED, continuó con sus recortes de los estímulos económicos mediante la reducción de las compras mensuales de bonos, la cual se inició en diciembre pasado cuando se dispuso recordar 10 mil millones de dólares al monto de 85 mil millones de dólares mensuales establecido durante muchos meses.
Y la citada medida ha caído mal por los predios de Wall Street y los demás mercados financieros internacionales, pues muchos inversionistas internacionales han visto la decisión del banco central norteamericano como una señal para el aumento del costo del dinero mediante el incremento en la tasa de interés.
Ocurre que ante el mencionado programa de reducción de estímulos de la FED muchos capitales golondrinos (que son aquellos que llegan al país por corto tiempo, aprovechan las altas tasas de rentabilidad y luego salen “volando”, como golondrinas) están retornado a Estados Unidos en busca de mejores ganancias.
Los bancos centrales de países latinoamericanos y caribeños se están viendo en la obligación de aumentar sus tasas de interés (que expresan el costo del dinero) para tratar de evitar la salida de capitales. Con sobrada razón el gobernador del banco central de la India, Raghuram Rajan, manifestó: “Estados Unidos debería preocuparse de los efectos de sus políticas en el resto del mundo».
Y es que la decisión de la FED amenaza con acelerar los movimientos de capitales que están generando serias turbulencias financieras en los países emergentes (los más avanzados dentro de los subdesarrollados, tales como Argentina, Brasil, China, y Sudáfrica, entre otros.
Los inversores están retirando mucho dinero de los bancos e instituciones financieras establecidas en los países emergentes. Éstos habían invertido aprovechando la liquidez abundante que había puesto la Reserva Federal de Estados Unidos en el mercado. Pero como esta masa de dinero empieza a disminuir, los operadores los retiran.
Una retirada desordenada de los fondos colocados en los países emergentes podría resultar fatal para éstos. Pero sus efectos negativos se proyectarían sobre los países desarrollados, los cuales todavía no logran superar los tormentos del alto endeudamiento público y los frenos a las inversiones y el consumo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mostrado su preocupación ante la salida de capitales de los países emergentes al señalar que los bancos centrales deben asegurarse de que ese fenómeno coyuntural “no conduzca a una crisis internacional de crédito”.
Pero, ¿ha quedado atrás el peligro de un retorno a la recesión dentro de la economía mundial debido a un frágil crecimiento productivo y laboral dentro de Estados Unidos y la Unión Europea, ésta última atrapada en una asfixiante política fiscal de austeridad que frena las inversiones y el consumo? El tiempo dirá.

