La falta de vigilancia permanente los hace víctima de ladrones de metales que les sustraen barandas, cables y luces, mientras que en la parte de abajo es notorio el nivel de deterioro de sus estructuras metálicas por falta de mantenimiento.
Construidos con altas inversiones públicas para viabilizar la comunicación entre los habitantes de la provincia Santo Domingo y los del Distrito Nacional, ahora son un dolor de cabeza para las autoridades que deben disponer en el presupuesto de cada año una partida para su mantenimiento.
Ante la falta de esa política de mantenimiento, el problema, poco a poco, termina afectando a toda la población e incrementa los riesgos.
La vida cotidiana en el Gran Santo Domingo se ha convertido en un caos debido principalmente al problema del transporte público (pasajeros-cargas) y privado, que desde las primeras horas del día parece hacer colapsar todos los principales puentes que unen la ciudad; ¿pero cómo sería la vida sin la existencias de estos viaductos?, la verdad, lo mejor es no pensar en eso.
Son seis los puentes que unen al Distrito Nacional de las demás localidades. Independientemente de su fecha de construcción estos son: puentes, Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, Francisco del Rosario Sánchez (de la 17), Ramón Matías Mella (de la Bicicleta), Francisco J. Peynado (Villa Mella) y el puente Flotante.
La importancia de estas estructuras es tal que si por cualquier motivo, una de ellas sufre un acontecimiento inusual tan sencillo como un carro dañado, o tan complicado como un accidente medianamente grave, el transito ya caótico en los demás puentes, se verá sumamente afectado creando una situación de congestionamiento en cadena que dura horas en toda la capital.
Cinco de estos puentes están sobre el río Ozama (de la 17 y de la bicicleta), dos de ellos están en paralelo uno al lado del otro (Duarte y Juan Bosch), también el Puente Flotante que está en la desembocadura del río Ozama y mar Caribe, y el otro (Puente Peynado) el único sobre el río Isabela.
No son poco los habitantes del Gran Santo Domingo que por una u otra razón no tengan la necesidad de cruzar una o dos veces, quizás más, diariamente por uno de estos puentes para llegar a su lugar de trabajo, a un centro de estudio, algún centro médico o cualquier otro lugar de importancia.
De seguro también muchos se han fijado en la falta de mantenimiento que se nota en estos puentes, haciendo de la suciedad, la basura y la contaminación visual, elementos característicos que afean todo el entorno.
Puente de La 17
Es sin lugar a dudas el segundo puente más sucio y descuidado del Distrito Nacional. Aunque algunas veces luce limpio de basura, y con su capa asfáltica en buen estado (con algunos hoyos), este puente siempre está lleno de tierra y suciedad. Además de que en sus pequeños y largos muros laterales sin pintar, crece hierba que casi nunca es retirada.
Cabe destacar que el distribuidor de tráfico de este puente está totalmente arrabalizado, destruido, lleno de basura y además es usado como parqueo de decenas de camiones mezcladores manuales de concreto. También los pilotillos que dividen la vía están sucios y llenos de hierba lo que dificulta su visibilidad.
Desde su construcción en el año 1974 durante el gobierno de Joaquín Balaguer, este puente nombrado Francisco del Rosario Sánchez se convirtió en la segunda estructura de importancia para unir el Distrito Nacional con la parte oriental de la ciudad. Anterior a esta construcción el tránsito se realizaba a través de yolas que daban el servicio de cruce a dos o tres centavos por persona.
Puente Duarte
Llamado originalmente Puente Radhamés (en honor al hijo del dictador Trujillo), en sus aceras y calzada se observan algunos hoyos y en sus contenes tierra, basura y hierba. Quizás el problema más notorio de este puente son las uniones de metal en su capa asfáltica que después de un tiempo de uso se averían creando un molestoso golpeteo en los vehículos que por ahí transitan.
Además sus barandas de concreto y metal lucen sucias y oxidadas. En algunos tramos la baranda de concreto está rota y la de metal luce doblada, seguramente por algún choque. Como es notorio en los demás puentes, en los contenes está presente la basura y suciedad. Es el primer puente de importancia construido en tiempos modernos sobre el río Ozama a un costo de 5 millones 34 mil pesos.
Siendo una estructura tipo colgante con un tramo central de 175.5 metros, fue inaugurado el 17 de diciembre de 1955, durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, como parte de las obras construida anexas para la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, que realizo el dictador para esa época.
Después de la muerte de Trujillo a este puente se le cambio el nombre por el de Juan Pablo Duarte.
A través del tiempo debido a su deterioro, ha sido sometido a varias reconstrucciones.
Las más importantes fueron en el 1965 cuando sufrió la ruptura de cinco cables en la parte sur, a causa de los bombardeos durante la Guerra de Abril.
Puente Juan Bosch
Es el más nuevo de los puentes fijos sobre el río Ozama que unen la parte oriental de Santo Domingo con el Distrito Nacional. Quizás por esto es el puente más limpio y de mejor apariencia de todas las demás estructuras.
Fue construido paralelo al puente Duarte en el año 2001, en busca de una solución a los interminables taponamientos que se originaban diariamente en los otros puentes, para pasar de un lado a otro de la ciudad.
Aunque se observan algunas particularidades de descuido, en sentido general se mantiene en un estado aceptable. Las juntas de goma y metal que unen la calzada del viaducto son la parte más afectada y que necesita intervención. Además de la suciedad y la hierba que nace en los contenes.
Diseñado por el ingeniero español Leonardo Fernández Troyano, y construido a un costo de 32 millones de dólares (620 millones pesos, para la fecha). Con una longitud de 647.10 metros y está dividido en tres tramos: el viaducto de acceso este, el puente principal y el viaducto de acceso oeste.
Puente Mella
Esta estructura se mantiene en buen estado, aunque la tierra y suciedad hacen que a todo lo largo de su plazoleta crezca la hierba. También llamado popularmente “de la bicicleta”, posiblemente por su estrechez ya que solo tenía dos vías en ambos sentidos.
Su construcción estuvo a cargo del ingeniero Howard Crosby, y fue inaugurado por el presidente Joaquín Balaguer en 1972. Para el año 1996 se inauguraba un puente gemelo junto al ya existente, aumentando la capacidad a cuatro carriles.
Es bueno señalar que en este lugar ya se habían construido dos puentes.
Puente Ozama fue la primera estructura de importancia construida sobre ese río en 1878. En este mismo lugar después de varias décadas se edificó el Puente levadizo Ulises Heureaux, construido sobre las bases de su antecesor.
Ya pare el año 1917 la estructura entra en funcionamiento. Este puente fue seriamente dañado por el ciclón de San Zenón en 1930. Esto originó que en este mismo lugar se construyera el puente Ramón Matías Mella.
Puente Flotante
No es un puente fijo sino más bien un puente temporal a manera de barcaza doble que se une para formar la estructura de cruce. Desde siempre el crecimiento de Santo Domingo Este ha originado un trastorno en el tránsito de personas y vehículos hacia el centro de la ciudad.
Fue instalado en los años 90, en el área del puerto de Santo Domingo como alternativa para conectar las avenidas del Puerto y España en la orilla oriental del río Ozama.
Desde su instalación se vio la importancia en la construcción de esta barcaza para ayudar a que las localidades de Los Tres Ojos, los Mameyes, y Villa Duarte tuvieran una vía cercana para cruzar el río.
Los resultados de la puesta en marcha de este puente fueron tan positivos, que hasta ahora ha sido imposible retirarlo. Este puente debe ser sometido a mantenimiento más que cualquier otro, debido a su característica en el agua.
Puente Peynado
Es sin lugar a dudas el puente más sucio, arrabalizado y en más mal estado de los puentes del Distrito Nacional. Sus barandas están sucias. Sus contenes llenos de basura, tierra y aguas negras. Además su capa asfáltica presenta deterioro progresivo en casi toda su totalidad. Árboles y hierbas crecen en el interior de su estructura de metal y concreto.
Los laterales de este puente están ocupados por basura y escombros. Además de que en su parte baja antes de cruzar el río pueden verse viviendas de madera y cartón. Al parecer una o dos familias viven ahí.
Inaugurado sobre el río Isabela en la avenida que une la ciuda capital y la localidad de Villa Mella, este moderno puente metálico fue nombrado en honor al Presidente Jacinto Bienvenido J. Peynado.