Pausa para reflexionar
La Semana Santa que recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, es período anual único para reafirmar el compromiso con los valores que dan sentido a la vida en comunión con principios del catolicismo.
Es oportunidad excelente para reencontrarse con uno mismo, para la reflexión profunda del cristiano en medio de desigualdades, inequidades, contradicciones e injusticias que hoy matizan la realidad económica y social.
A solo 53 días de votaciones generales, en esta pausa de la cotidianidad proselitista y del bombardeo propagandístico se impone la reflexión sobre el futuro inmediato y responsabilidad individual al decidir sobre ofertas políticas.
La Semana Santa, el más largo asueto anual, es aprovechado indistintamente para vacacionar dentro o fuera del país, en playas o montañas, o para cumplir la tradición cristiana que recuerda al mártir del calvario.
En esa ruptura colectiva de la rutina conviene un ejercicio reflexivo interior sobre la sociedad dominicana y las proyecciones futuras inmediatas de cara a la cita electoral inédita en 20 años con votaciones presidencial, congresual y municipal simultáneas.
El país vive una degradación en casi todos los sentidos, iniciando por la moral, educación, salud, seguridad individual y social, con acentuado mercantilismo que corroe la actividad política y estimula la ausencia de valores que dignifiquen el ejercicio de la función pública.
Sin dudas, la sociedad está en crisis y parece encaminarse al caos total. Es necesario pensar en cómo evitarlo, asumir la responsabilidad individual de cara al interés colectivo y la cita electoral, con el poder ciudadano que significa el ejercicio del sufragio, para impedir el colapso del sistema.
Duarte consideró la política como la más pura ciencia después de la filosofía y es oportuno emular el pensamiento del Padre de la Patria, además, de ser justos para ser felices y dar a cada quien lo que le corresponde.