Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

¿Estado de derecho?

La claridad, corrección, propiedad y sencillez en los conceptos es lo más importante para lograr los objetivos que se persiguen en la vida. No importa que esos propósitos tengan una dimensión privada o pública. El que piensa mal, actúa peor. El loco vive como un atronado porque no piensa o debido a que lo hace como lunático o, para su desgracia, posee ideas disparatadas, sin conexión con la realidad.

Tienen toda la razón los sabios orientales cuando dicen que es saludable saber muy bien lo que se desea, porque puede convertirse en realidad. Debemos pensar correctamente para alcanzar lo que pretendemos.

Para pensar adecuadamente se requiere tener un mínimo de formación. Se puede adquirir con la educación formal que ofrece la sociedad. También se logra, para los analfabetos, por medio de una disciplina personal consciente que los convierta en un observador crítico, capaz de aprender de sus experiencias y de las ajenas. El que puede conjugar acertadamente su preparación teórica con la praxis diaria, tiene todas las condiciones para ser exitoso en la persecución de sus metas. Sin olvidar a José Ortega y Gasset cuando elevó las circunstancias a la categoría de elementos determinantes para el sujeto o a Albert Camus, cuando nos habla del absurdo.

Ciertamente, así es. Pero lo lamentable es que algunos abogados confundan los conceptos más elementales de las ciencias jurídicas. Hasta aspiran a que el país desarrolle lo que ya tiene. Reiteran esos errores conceptuales en otros aspectos de su oficio. Por eso ejercen la profesión con muchos desaciertos.

Un ejemplo evidente lo encontramos en muchos artículos publicados en los espacios de opinión de los periódicos y revistas. Los autores se quejan por la supuesta falta de un estado de derecho en nuestro país. Aseguran que debemos crearlo. Y concluyen, con aires doctorales, afirmando que los principales males de la República se deben a la ausencia de ese estado de derecho. Nada más equivocado.

Lo primero es que la realidad social, económica y política es la que determina las condiciones en que opera el Derecho o sistema jurídico imperante. El Derecho existe para servir a los factores reales de poder, debido a que el Derecho es un instrumento político. Y nada más. Esa es la verdad, en la práctica. La teoría es otra cosa. Ésta entretiene a los ilusos.

Y, lo segundo, es que toda sociedad que posee un ordenamiento legal tiene un estado de derecho. Puede calificarse como democrático, autoritario, monárquico, dictatorial, etc. La Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la España de Franco tenían un estado de derecho. Trujillo, Duvalier, Pérez Jiménez, Batista, Somoza también lo tenían. Hoy los dominicanos tenemos un estado de derecho.

Ahora bien, lo que no tenemos y debemos construirlo es un estado constitucional de derecho. Y eso solo lo disfrutaremos cuando materialicemos el Estado Social y Democrático de Derecho que nuestra Constitución proclama.

El Nacional

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