Protestas Venezuela
Apoyo a presos
Sin los recursos petroleros para sostener la revolución bolivariana, el Gobierno de Venezuela está en una disyuntiva cada vez más complicada. Aunque ha contado con la solidaridad de la región frente a intromisiones externas, sus conflictos internos plantean un panorama incierto, con todo y la dispersión de fuerzas opositoras por demás débiles. La huelga de hambre de los presos políticos Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, y Leopoldo López sacó a las calles a miles de venezolanos en demanda de justicia.
Y por lo menos ocho dirigentes opositores, sobre todos jóvenes, se han sumado al ayuno en solidaridad con los presos políticos. La juventud y los estudiantes han sido los sectores que más frente han plantado al Gobierno de Nicolás de Maduro, quien ha optado por enrocarse antes que aceptar que transita por una senda pantanosa.
Ni siquiera un aliado como el expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, ha conseguido persuadir a Maduro de que el encarcelamiento de opositores es lo que menos conviene, en medio de la actual crisis económica, a la revolución bolivariana. Con la huelga de hambre de los presos políticos y de dirigentes opositores el clima en una nación sacudida por una crisis de desabastecimiento y una creciente inflación se tensa mucho más.