Con la partida de nuestro director, Radhamés Gómez Pepín, despedimos a uno de los grandes maestros del periodismo dominicanos y atesoramos con mayor valor, cada día de apendizaje que representó la convivencia laboral con este comunicador, con el cual, la democracia dominicana, tiene una deuda impagable.
Gómez Pepín, desde la aparición de su columna Pulsaciones, fue una voz en reclamo de respeto a los derechos humanos y la exigencia de justicia social, sobre todo para quienes no son los favorecidos por la fortuna.
Buscador implacable de las verdades profundas tras los hechos, Gómez Pepín , nos enseño a transformar el ejercicio del periodismo, en una plataforma en procura del bienestar social y la vocería de aquellos que no tenían voz.