Reportajes

Rafael – Cocullo- Baéz muestra calidad de investigador

Rafael – Cocullo- Baéz muestra calidad de investigador

Cuando se piensa en la solidaridad entre Cuba y República Dominicana, en el marco de sus luchas contra la dominación y contra la injusticia, se piensa, invariablemente, en el pacto que firmaron en Montecristi José Martí y el general Máximo Gómez, mediante el cual se acordó la lucha contra el dominio español en la mayor de Las Antillas.

Puede que, ya más recientemente, se proyecte el apoyo dado por Cuba a la resistencia dominicana para montar las acciones guerrilleras contra Trujillo.

Pero el tema de la vinculación entre familias, grupos y personas interactuando entre Cuba y República Dominicana, supera esos hechos y presenta una panorámica que ahora es descubierta, tras una investigación de campo realizada por Rafael Báez Pérez y la maestra Ysabel A. Paulino Cotes, en el Oriente de Cuba, zona en la cual el impacto de la presencia dominicana es mucho mayor.

Esa zona fue rastreada en todos sus archivos de registro civil, parroquias, (como la Iglesia de la Santísima Trinidad y su párroco Carlomán Echavaría y el sacedote dominicano Carlos Cruz), museos, y espacios en los que ha quedado vestigio material de esa relación tan poco conocida a profundidad.

La investigación realizada pacientemente por el entonces embajador dominicano en Cuba, (Cocullo Báez Pérez) y la profesora francomacorisana   Paulino Cotes, y que contó con la colaboración y asesoría de la historiadora de Santiago de Cuba Olga Portuondo, cubrió las localidades de: Guantánamo, Baracoa,  Holguín, Camagüey, Matanzas y La habana,  además de Santiago.

Inmigración y presencia

La vinculación domínico-cubana abarca desde los primeros taínos que viajaron entre las dos islas, hasta Enrique Jiménez Moya y Andrés Ramos Peguero (y Caamaño, agrega JRS).

La lucha aborigen entre los residentes iniciales de Cuba y los que viajaban en cayucos desde lo que es hoy el territorio dominicano, selló con fechas la resistencia inicial a la imposición colonial española.

Cuenta el libro que en el siglo XVIII las hermanas Ginés llegaron a Cuba, procedentes de RD, y allí establecieron residencia abanderadas en el amor por la música del Caribe.

El  fundador del Partido Comunista Cubano, Julio Antonio Mella, era nieto de Matías Ramón Mella, uno de los padres de la patria dominicana, es otra de las revelaciones del libro.

En el ejército de liberación

Como un magistral ejercicio de sarcasmo más digno de una película que de la historia, oficiales dominicanos que huyeron a Cuba  en 1865 tras la derrota de los españoles en la Guerra de la Restauración y una vez en la vecina isla, se integraron a la lucha anti-colonial de los cubanos.

Para esa integración revolucionaria, dicen los autores del libro, bastó con que entraran en contacto con la injusticia que padecía el pueblo cubano al no contar con libertad producto del intervencionismo colonial de España.

En esa lucha del pueblo cubano por emanciparse, la derrota a los españoles por los restauradores dominicanos formó parte fundamental.

No estaría sobrando resaltar el papel de los intelectuales dominicanos en Cuba, de la mano de Francisto Henríquez y Carval y de sus hijos con Salomé Ureña: Máx, Pedro y Camila.

La relación de Cuba y República Dominicana tuvo un capítulo especial cuando el dictador Ulises Heureaux (Lilís) apoyó la lucha de los cubanos contra España.

Un apunte

Edición de AGN

El libro Raíces de una Hermandad,  ha sido editado por el Archivo General de la Nación, como parte de su programa de investigación y publicaciones.

El Nacional

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