POR: Oquendo Medina
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Crisis económicas, políticas y sociales, las cuales parecían no tener fin, protagonizaron las primeras tres décadas del siglo XX. Y como era de esperarse, fueron tantas las luchas armadas y las contradicciones estériles que escenificaron los actores políticos, que sin darse cuenta crearon el escenario perfecto para que subiera a las tablas uno de los dictadores más temibles que ha conocido América Latina.
Nos referimos a Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien juró como presidente de la República el 16 de agosto de 1930.
Resultó que en tiempo de la dictadura, en el año 1942, se promulgó la ley No. 43, creándose la Comisión Nacional del Servicio Civil, derogando la ley No. 1144 y, a la vez, dejando sin efecto el reglamento 1230. Esa ley trujillista fue modificada al poco tiempo por la ley No. 89. En el 1943 realizó otra modificación (ley 284). Y ese mismo año promulgó la ley 472 derogando las tres anteriores. En el 1946, con la ley No. 1184, derogó la 472.
En el año 1951 el régimen de Trujillo decidió, con la aprobación de la ley No. 2680, suprimir la llamada Comisión Nacional del Servicio Civil. De nuevo, se atentaba contra el crecimiento y sostenibilidad de la administración pública en la República Dominicana.
Pero como está comprobado que nada dura para siempre, llegó el día 30 de mayo de 1961. Día de gloria y fiesta para el pueblo dominicano, ya que felizmente llegaba a su final la dictadura y con ella la muerte de temible dictador. Fue así como todas las empresas de Trujillo y sus familiares pasaron a ser propiedad del Estado dominicano.
Después del derrumbamiento del régimen trujillista, el doctor Joaquín Balaguer, colaborador cercano del dictador, quedó como jefe del Gobierno. Pero tal era la efervescencia política y social de ese entonces, en donde a todo lo largo y ancho de la República existían movimientos repudiando a todo lo que le recordaba a la dictadura trujillista, que el doctor Balaguer se vio obligado a renunciar.
Entonces un Consejo de Estado se encargó del destino de la nación, el cual estaba conformado por el Dr. Balaguer, el Lic. Rafael F. Bonelly, el Dr. Eduardo Read Barreras, el Dr. Nicolás Pichardo, el monseñor Eliseo Pérez Sánchez, el general Antonio Imbert Barreras, y por don Luis Amiama Tió.
En enero de 1962 el doctor Balaguer solicitó asilo en la Nunciatura Apostólica, y salió del país como asilado por un período de cuatro años. Ese mismo año el Frente Nacional de Empleados Públicos y de las Instituciones Autónomas (FENEPIA) elaboró un anteproyecto de ley acerca del Servicio Civil pero, como era de esperarse, fue rechazado. Los meses avanzaron y llegó el 20 de diciembre de 1962. Fecha en que verdaderamente comenzó a consolidarse el proceso democrático en nuestro país.

