Nunca dejaré de reconocer la honestidad, entrega a las causas importantes de la República y su convicción de servir a los demás que caracterizan al ex-presidente Hipólito Mejía.

Nadie puede pasar por alto su trabajo incansable.

Es un hombre que se dedica las 24 horas (si es necesario) a la política.

Todos estamos de acuerdo en que tiene un gran espíritu de confraternización y una identificación total con su patria.

No hay una persona que ponga en dudas su acrisolada posición democrática y su vocación de combate a la corrupción.

Por todas estas causas, estoy convencido de que el amigo Mejía ha ido reflexionando sobre la importante posición que deberá asumir para las próximas elecciones nacionales .

No tengo la menor duda de que él no se pondrá de espaldas a la historia y hará todo lo humanamente posible para no convertirse en un obstáculo que impida a la oposición política llevar al licenciado Luis Abinader como el contrincante del ex-presidente Leonel Fernández en los comicios de mayo.

Los informes que tengo me dicen que El Guapo de Gurabo pasará a la historia nacional como el hombre que fue capaz de sacrificar sus aspiraciones personales para endosar su liderazgo a un emergente líder que encarna las posibilidades de triunfo de la oposición política.

El pueblo dominicano sabe que el veterano líder del Partido Revolucionario Mayoritario (PRM) ya ha expresado su decisión de retirar su candidatura si el presidente Danilo Medina se reelige.

Amplios segmentos de la población estiman que esa postura de Mejía no sólo debe abarcar al actual primer mandatario de la nación.

También debe implicar al doctor Fernández para que Abinader aglutine a su alrededor a los sectores sociales, políticos, religiosos y económicos que luchan por un cambio en la Residencia Presidencial de la Moisés García.

Porque sé que Hipólito sabe que un amplísimo sector femenino y juvenil añoran ese deseo, soy de los que creen que -más temprano que tarde- él tomará la histórica decisión de retirar sus pretensiones y respaldará a Abínader.