El acuerdo que hace un indio con los Estados Unidos es el mismo el de un búfalo cuando le atraviesan las flechas.
Que no tiene más que capitular y morir”.
Ouay. Jefe indio Utes.
“Es inútil hacer convenios con los americanos.
Son todos unos mentirosos, nada de lo que dicen puede creerse”.
Sitting Bull. (Toro Sentado).
Jefe indio Sioux.
Declaración de independencia de Los Estados Unidos (Fragmento primer párrafo).
“Sostenemos como evidentes estas verdades: Que todos los hombres son creados iguales: que son dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
Los llamados “Padres Fundadores” en la Declaración de Independencia, confrontada con los sucesos posteriores, demostraron una colosal patraña, identificando que los “Padres Fundadores” negaron esos principios a los originales pobladores que esclavizaron, maltrataron, diezmaron y asesinaron en horribles masacres.
Margaret Mitchell describió esa herida sin sutura aun, en su obra “Lo que el viento se llevó”, tesoro del cine norteamericano, protagonizada por Clark Gable y Vivien Leight.
Harrie Betcher Stowe reiteró sobre la discriminación en su obra “La cabaña del tío Tom”, y reciente estigmatizó esa persistente lacra Harper Lee en su novela “Matar a un ruiseñor”, protagonizada por Gregory Peck.
Aún persiste el Ku Kluk Klan, Tea Party, y otras ofensas a “los derechos inalienables del hombre” contra humanos de piel negra, indígenas y mexicanos.
El presidente Abraham Lincoln promulgó el 22 de agosto de 1862 el Acta de Emancipación de los esclavos negros, 56 años después de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776, y los ” Padres Fundadores” continuaron las ominosas prácticas esclavistas hasta después de la desastrosa Guerra Civil (1861-1863), de más de un millón de muertos.
Deb Haaland aspirará a la senaduría del Partido Demócrata por el Estado de Nuevo México, aunque nativa del poblado de Winslow, Arizona, hogar de las tribus Apache chiricahuas y mescaleros.
La original población indígena de los Estados Unidos es hoy de 2,423,531, incluidos 52,425 en Alaska, 57,425 Apaches Mescaleros, Chiricahuas, Coyoteros, Gilas y Jicarillas, 108,277 Sioux, 15,224 Yaquis, 59,533 Pueblas, los únicos que construyeron casas de dos pisos de adobe y piedras, Wihitas, Pies Negros, Torahuemaras, Caddo, Pomos, Onobas, Hopis, Henya, Osages, Timicuas, Pequot, Otoes, Cahuillas, Comanches, Cheyennes, Nez Percé, Cheroquis, Mojaves, Utes, Pequots, Mohicanos, Bamocks, Arco, Santees, Hunkpapas, Saus.
Estados Unidos ostenta la pésima reputación de ser el país con el mayor prontuario de infamias, crueldades y exterminio contra sus originales habitantes, secundados en menor escala abominable por Argentina, que diezmó a los Diaguitas, Ranqueles, Tehuelches, Onas y otras minorías indígenas, y Chile, que casi extermina a los Mapuches.
Deb Haaland, graduada de leyes en la Universidad de Nuevo México, subviviendo con cupones de welfare, préstamos, y libros usados para estudiar, madre soltera de 57 años, de ganar la senaduría, siendo favorita por su Partido Demócrata, representará a los 2,423,531 indígenas sobrevivientes del maltrato, las reservaciones, el despojo de sus heredades, los traslados a lugares distantes de sus escenarios natales, masacres, como hicieron con Sitting Bull (Toro Sentado), en venganza y castigo inhumano por derrotar vergonzosamente al teniente coronel George Armstrong Custer el 25 de junio de 1876 en la batalla de Little Big Horn en Dakota del Sur, engreído, racista, expresó previo a su desastre bélico:
“Si yo quisiera, con el Séptimo de Caballería echaría a todos los indios del continente a latigazos”.
Un continente que era de los indios por derecho de posesión original e histórica o usucapión, y luego de Custer ser abatido, los Sioux respetaron su cadáver, pero los guerreros taladraron sus oídos, para que, conforme a su creencia, “en otro mundo no permaneciera sordo a las advertencias de los indios”.
El traslado criminal de sus ancestros, es uno de los puntos matrices en el temario de Deb Haaland, en directa censura a la política inhumana del presidente Donald Trump de separar menores de sus padres indocumentados, de los cuales hay más de cinco mil niños extraviados.
En 1871 el presidente Ulysses Grant envió a Arizona al general Oliver Howard con orden estricta de firmar un tratado de paz con los Apaches, firmado al siguiente año 1872, entre el general Howard y el jefe Apache Chiricahua Cochise, usando de intermediario al explorador del Ejército Thomas Jefferson Jeffords (Tom Jeffords), a quien Cochise, del que era amigo, llamaba Taglito, episodio llevado al cine en 1950 con el título de Flecha Rota (Brooken Arrow), protagonizada por Jimmy Stewart, Taglito, y Jeff Chandler, Cochise.
Deb Haaland postulará para restañar las nunca suturadas heridas raciales de los suyos, desde su curul en el Congreso racista de su país, representando por primera vez a los llamados por los blancos despectivamente “injún”.
El arroyo Wounded Knee (Rodilla Rota), fue la última masacre contra los Sioux de Dakota del Sur, el 29 de diciembre de 1890, donde los Chaquetas Azules del Séptimo de Caballería comandados por el mayor Samuel Whitside se cubrieron de infamias, asesinando a 133 indefensos Sioux.
Con los humos apenas disipados de las carabinas Remington y Winchester de repetición, los Colts Parabellum de cañones largos, como los de Wyatt Earp, ametralladoras, cañones, bayonetas y cuchillos Bowie 12 pulgadas, el jefe Sioux Nube Roja, ante el lóbrego escenario de los suyos masacrados, destrozados, quemados, acribillados, apenas masculló aterido por el horror:
“No había ya esperanza en la Tierra, y Dios parecía habernos olvidado”…
Deb Haaland, en el Congreso, está obligada a demostrar que aún hay esperanza.
Que Jehová-Dios perdona siempre, pero nunca olvida.
Que su castigo suele ser lento, pero inexorable.
Aquí.
No en otra supuesta dimensión.
Soporte investigación:
Gerónimo, por S. M. Barrrett.
El Expolio del indio norteamericano, por Wilbur R. Jacobs.
Breve historia de los indios norteamericnos, por Gegorio Doval.
Enterrad mi corazón en Wounded Knee, por Dee Brown.
Wikipedia.