La brillante idea del prestigioso intelectual y presidente de Efemérides Patria, doctor Juan Daniel Balcácer, de eliminar el nombre del tirano ex presidente, general Pedro Santana de las calles, avenidas e instituciones, es algo que merece el reconocimiento de la inmensa mayoría del pueblo dominicano y del Congreso Nacional.
El doctor Balcácer hace una loable aportación a los faustos de nuestra historia, la soberanía y nuestra nacionalidad. Bastaría señalar al país las tropelías, crímenes de lesa patria y humanidad de trágicos sucesos que mancharon con sangre, lágrimas y dolor a nuestra gloriosa República Dominicana, entre otros tantos, ordenados por el hatero del Seibo.
1) El fusilamiento de la heroína y tía de Sánchez, María Trinidad Sánchez; el de su sobrino Andrés, el del coronel Melenciano Martínez y el de Nicolás de Baris.
Estos horrendos crímenes fueron ordenados por Santana al cumplirse el primer aniversario del nacimiento de la Patria, el 27 de febrero del 1845, derramándose sangre de patricios.
2) El fusilamiento del tribuno del pueblo, general José Joaquín Puello, de su hermano General Gavino Puello y su amigo Pedro de Castro, el 23 de diciembre del 1847.
3) El 22 de agosto del 1844, por resolución de la Junta Central Gubernativa, presidida por el tirano Pedro Santana, se declara ¨traidores e infieles a la Patria a los generales de brigada Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella y como tales fueron declarados indignos de los cargos y empleos que ejercían, quedando destituidos desde ese día y ordenado que todos ellos fueran inmediatamente extraditados a perpetuidad del país sin que puedan volver a poner pie en él, bajo pena de muerte¨.
También, los comandantes Pedro Pina, Gregorio del Valle, Juan Jiménez y el capitán J y Ylia y el señor Juan Isidro Pérez y Pedro Alejandrino Pina.
4) La oprobiosa anexión de la República a España en 1861, mancillándose la gloriosa bandera nacional y la soberanía de la nación, entregando la dignidad de nuestro pueblo, y Pedro Santana renegando el color del uniforme de las Fuerzas Armadas, usando el color verde como capitán general de los ejércitos españoles y produciendo encarcelamientos, destierros, muertes y crímenes grotescos.
5) El vil y macabro asesinato del fundador de la República y sus 20 compañeros, general Francisco del Rosario Sánchez, quien enarboló el lienzo tricolor la noche del 27 de febrero de 1844 y opuesto con tenacidad al entreguismo del ignaro Santana, hecho ocurrido en San Juan de la Maguana, el 4 de julio del 1861, a balazos, palos y piedras.
De ahí las frases lapidarias del mártir: ¨entro por Haití, porque no podía hacerlo de otra forma. Mas si la maledicencia pretendiese mancillar mi nombre, decirle, aunque sin jactancia: yo soy la bandera nacional¨.
6) El fusilamiento del general de generales, Antonio Duvergé y su hijo Alcides, de 9 años de edad, en El Seibo, luego de que un tribunal ordenase su libertad, el déspota Santana lo secuestra y lo traslada allí, presenciando su ejecución y al encontrarse su cadáver en el suelo, Santana, cobardemente ofrece un puntapié al cadáver del héroe y titán de la frontera y uno de los presentes en aquel magnicidio dijo en la cercanía de la hecatombe: ¨Santana, solo así podrías tu mancillar el nombre y cadáver de quien triunfó en mas batallas que tu¨.