Cuando vamos al supermercado, un producto que no dejamos de agregar a nuestro carrito de compras es la sardina en lata. Esta nunca falta en nuestra despensa, pues es un alimento que nos saca de apuro rápidamente cuando tenemos el tiempo medido a la hora de cocinar, además ¿Quién no ama un locrio de sardinas?.
A parte de su delicioso sabor ¿Sabías que este pescado azul, uno de los más consumidos, cuenta con una interesante cantidad de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo? Pues este pez estrechamente emparentado con las anchoas y el arenque posee vitaminas B6 y D, las cuales fortalecen los huesos, el sistema inmune, además de favorecer nuestra piel.
¡Un momento! No he terminado, sus beneficios no quedan ahí, entre los nutrientes de las sardinas, se encuentran varios minerales como el fósforo, magnesio, hierro, potasio, yodo y calcio.
Prevención: la sardina ayuda a prevenir enfermedades cardiacas gracias a su carga de vitamina B6 y Omega 3, por lo que además reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Bye bye, anemia: siempre escuchamos decir a los médicos decirnos que debemos consumir alimentos o multivitamínicos con hierro cuando los resultados de nuestros análisis arrojan que tenemos anemia. Te cuento que el hierro que contienen las sardinas es necesario para la formación de hemoglobina, una proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células, por lo que previene sufrir de anemia.
Embarazadas: Gracias a su poca cantidad de mercurio y a todas las propiedades que ya mencionamos, la sardina puede ser incluida en la dieta de las embarazadas.
¡Arriba esa energía!: Si estás con las energías en su nivel más bajo nivel, este tipo de pescado es rico en magnesio aportando energía.
Receta
Sardina con tomate y albahaca
Sardinas
3 tomates
½ cebolla
1 diente de ajo
albahaca
aceite de oliva
sal y azúcar
Preparación
Limpiamos las sardinas al gusto de los consumidores e introducimos en agua fría unos 20 minutos. Escurrimos y secamos.
Pelamos y picamos los tomates, la cebolla y el ajo. En una sartén con aceite de oliva pochamos la cebolla y el ajo unos minutos. Cuando comiencen a pochar, agregamos los tomates picados y mantenemos un cuarto de hora a fuego lento. Añadimos una pizca de azúcar, sal y albahaca.
Retiramos y en esa misma sartén y con un poco más de aceite marcamos los lomos de sardina. Servimos las sardinas y acompañamos con el tomate y la albahaca.