Opinión

Segundo “round”

Segundo “round”

POR:  Pedro P. Yermenos Forastieri

pyermenos@yermenos-sanchez.com

 

La elección de los nuevos miembros del comité político del PLD constituyó el segundo episodio en el cual las fuerzas internas hegemónicas de esa organización competían por redimensionar esferas de influencia. El primero ocurrió a propósito de la ampliación del comité central. En ambas coyunturas obtuvo la mejor partida el liderazgo encarnado por el Presidente del país.

Esas confrontaciones deben ser vistas como normales, siempre que se canalicen democráticamente y, lo más importante, siempre que traduzcan manifestaciones de corrientes de pensamiento, y no simples ambiciones de poder como hasta ahora ha parecido. Garantizar y afianzar esas condiciones es uno de los retos que tiene el PLD. En los dos enfrentamientos, la corriente del Presidente se empeñó en obtener mayores puestos y lo ha logrado. Hoy, su posicionamiento está consolidado. En eso consiste la dinámica de la política y la legitimidad de los resultados solo puede objetarse de haberse obtenido sobre la base de mecanismos reñidos con las reglas de la democracia.

La valoración de lo sucedido no puede frisarse en el presente, porque eso sería anti dialéctico y dejaría de lado las repercusiones que tendría hacia los eventos del porvenir inmediato y de mediano plazo. En ese contexto, imposible desvincular lo que viene ocurriendo dentro del PLD, del certamen electoral que será celebrado en el 2016, en el cual se van a renovar el congreso, las alcaldías, y se va a elegir al presidente de la república. No sobra recordar que para los tiempos en que fueron electos los entonces candidatos que hoy ocupan senadurías, diputaciones y alcaldías, las posibilidades de incidencia del actual mandatario estaban disminuidas, lo que autoriza a suponer que está en minoría en esas instancias de poder y que desea revertir esa correlación.

No me parece sensato suponer que con lo que ha ocurrido, el Presidente se vaya a marginar del proceso de selección de las candidaturas que representarán al PLD en la cita trascendente de mayo del 2016, incluida la presidencial. Esa predecible activa participación, al mismo tiempo de constituir para él una gran oportunidad de ratificar su influencia, es una amenaza real para otros liderazgos partidarios.

El Nacional

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