Un viaje a lo desconocido
En un exceso de franqueza, Henry Miller, aquel escritor que se atrevió a criticar con dureza la doble moral y la hipocresía de la sociedad norteamericana, declaró públicamente que nunca terminó el libro sobre H.D. Lawrence, porque cada día que se adentraba en su escritura, menos entendía lo que hacía.
Así me sucede con la Federación Dominicana de Baloncesto que dirige el ingeniero Rafael Uribe, quien hace poco envió una comisión de dirigentes a los Estados Unidos en “busca de talentos”’ para las selecciones nacionales.
Esa iniciativa de Fedombal, que podría ser bien intencionada, nos indica claramente de que no existe un plan estratégico de seguimiento
y supervisión a los programas de esa federación. Y yo me pregunto y extiendo el interrogante a mis lectores: ¿Para qué buscar en los Estados Unidos lo que tenemos aquí en miles y miles de clubes deportivos a nivel nacional? Sencillamente: “un viaje a lo desconocido!’.
En vez de gastar esos recursos, que más bien buscan un impacto periodístico y vender una eficiencia que no existe, pues la Fedombal no ha formado un sólo atleta de los jóvenes que han descollado en nuestro baloncesto y mucho menos puede exhibir un avance sostenido a nivel de nuestro seleccionado nacional, puesto que, siempre dependemos de jugadores que “piensan en inglés”. Lo ideal es invertir en los clubes La ciénega, El Caliche, Los pioneros, La Fe, Rafael Barias, San Carlos, Huellas del Siglo, Mauricio Báez, Los Cachorros, Villa Francisca, Renacer, El Millón y otros clubes donde se puede iniciar un proyecto serio para formar jugadores con la calidad para integrar la selección nacional.
La Federación Dominicana de Baloncesto reúne todas las condiciones necesarias en infraestructura a través de los clubes, las escuelas, los barrios populosos y la pasión que genera el basket, así como los millones de pesos que recibe del Estado para empujar con éxito un programa de talentos. Hasta el momento, es justo decirlo, han sido los clubes y no Rafael Uribe y la Federación de Baloncesto, quienes han formado nuestros jugadores de baloncesto.
Con el salto cuantitativo y cualitativo de nuestro voleibol femenino, el Ingeniero Cristóbal Marte y la Federación Dominicana de Voleibol demostraron al mundo, que sí se puede avanzar significativamente y competir con las potencias cuando se hace un trabajo serio, con rigurosidad y con conciencia de los objetivos trazados.
Cosiris Rodríguez, Milagros Cabral, Brayelin Martínez, Bethania de la Cruz, Gina Mambrú, Priscila Rivera y tantas estrellas que han llegado al nivel de reforzar en países desarrollados, no fueron encontradas en los Estados Unidos, sino en nuestros barrios capitalinos y del interior.
Cristóbal Marte ha sido el padre del Voleibol femenino y ha sido el dominicano que mayor nivel de dirección ha alcanzado en esa disciplina a nivel internacional. Sus programas han sido exitosos. Sería bueno que Fedombal y su presidente lo consultara. Aunque ya me imagino a Don Cristobal dicièndole a Rafael Uribe: mi hijo “Todo tiene su momento y todo cuanto se hace debajo del sol, tiene su tiempo”.
La recomendación está hecha. Esperamos no se reciba con soberbia.