Opinión

Sin miedo

Sin miedo

Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.” Fue una de las magistrales frases de ese ilustre revolucionario Robespierre. Encaja perfectamente en momentos cruciales cuando nuestra amada Quisqueya se ve amenazada por el invasor que agrede, no con las armas sino con chantaje de Estado y el lobbismo internacional.

Una nación que ha pagado con creces el precio de su libertad en sangre de grandes patriotas no puede llamarse libre, independiente y soberana cuando tiene miedo de aplicar sus propias decisiones. Israel nunca ha vacilado ni temido un segundo en defender su reducido pero valioso territorio de cuantos enemigos asechen y nunca ha sido objeto de cuestionamiento. Igual Estados Unidos, en donde por disposiciones legales en materia de inmigración es un tipo penal imputable ingresar de manera ilegal a su territorio. Tampoco temen Francia e Italia de aplicar severas políticas migratorias, cuyos respectivos mandatarios se reunieron la semana pasada en la Exposición Universal de Milán y trataron sobre la grave crisis de inmigrantes africanos que sufren sus naciones por solo 10mil inmigrantes ilegales en lo que va de año. En un plano más local debemos referir a las Bahamas que tiene estrictas políticas contra la inmigración ilegal. Y recordar a Brasil, que a mediados de marzo su Estado de Acre se declaró en emergencia por la entrada ilegal de apenas 3mil haitianos.

Si estos países con grandes y poderosas economías temen y repelen drásticamente la inmigración ilegal porque se ven afectados, entonces imaginen el daño que produce una inmigración desbordada, sin educación, pobre y constante a nuestro pequeño país. El problema de la inmigración ilegal no es racial, es económico. Un país con pocas oportunidades de crecimiento sucumbiría si es destinado a cargar con otro país sin oportunidades algunas.

Por esta razón, no podemos aceptar el chantaje económico contra nuestra patria. Sin miedo debemos enfrentar a la comunidad internacional –que pretende cargarnos con el peso de su irresponsabilidad histórica frente Haití- unidos como hermanos todos los dominicanos, recordando siempre que, cuando se lucha con la razón en la mano no se puede tener miedo.

El Nacional

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