En la capital dominicana hay cerca de 20 relojes públicos, casi todos pertenecientes a campanarios y torres de iglesias, al frente de las cuales hay párrocos a los que sí les duele la existencia y se ocupan de que se mantengan en óptimas condiciones.
Pero los más importantes son tres y no sirven: los del Palacio Consistorial, de la alcaldía del Distrito y del Boulevard de la Avenida 27 de Febrero.
La gran excepción de los relojes públicos es el Floral del Jardín Botánico Nacional Rafael María Moscoso, inaugurado el 15 de agosto de 1976, por el entonces presidente Joaquín Balaguer, respecto de quien hay que reconocerle una enorme visión de estadista para estos temas ambientales, arquitectónicos y de conservación.
Hasta donde se conoce el más grande de América Latina, (pese a lo cual no es el más explotado como atractivo del turismo) con altura máxima de 3.5 metros y unos 20 metros de diámetro, con agujas de 7 y 5 metros de longitud.
Fue diseñado para exhibir plantas acuáticas, así como, diferentes especies de arbustos y herbáceas.
Fuera de servicio
No funcionan los relojes públicos o monumentales:
• El de la alcaldía del Distrito Nacional, en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, (situado frente al Congreso Nacional), y que es parte de la estructura monumental de la sede de ese organismo municipal.
Fue inaugurado con el edificio diseñado por el arquitecto Guillermo González Sánchez, en julio de 1955 para el montaje de la llamada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Se trata de una torre de 15 metros de alto y seis de ancho.
• El del Palacio Consistorial fue construido entre 1502 y 1504, en el antiguo Ayuntamiento de Santo Domingo, es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad Colonial, y uno de los más hermosos, siendo remodelado entre 1911 y 1913 por el arquitecto Osvaldo Báez Machada quien optó por un estilo neoclásico, muy utilizado en aquella época y haciendo alusión a la libertad, la constitucionalidad y la institucionalidad republicana.
El Palacio Consistorial es la sede oficial de la alcaldía del Distrito Nacional. Está dañado, situación que se puede solucionar – refiere el arquitecto y profesor universitario de arquitectura (Decano de Arquitectura UNPHU), Omar Rancier, con la colocación de mallas metálicas, entre otras medidas.
• El diseñado por José Ignacio Morales (El Artístico) para el Boulevard de la Avenida 27 de Febrero, inaugurado el 29 de marzo de 1999, de impresionante belleza y forjado en hierro, sujeto incluso a vandalismo, porque se han roto hasta sus esferas, situadas a considerable altura del suelo, por falta de vigilancia y mantenimiento. Es el visualmente más impresionante de todos.
Un urbanista y profesor de arquitectura, Omar Rancier, expone su criterio: “En República Dominicana todo servicio que requiera mantenimiento es un servicio fallido.
Si vemos que en las principales ciudades del mundo los relojes públicos son servicios que las identifican y definen su identidad, como el Big Ben, en Londres y la Fontana di Trevi, en Roma; para mencionar dos de los lugares icónicos del mundo occidental”.
Sobre el reloj del Palacio Consistorial de la Ciudad de Santo Domingo, Rancier recuerda que “anteriormente se encontraba en la fachada norte de la Catedral, ha sido reparado en varias ocasiones y otras tantas se ha detenido por los desechos de las palomas principalmente”-