Opinión

Sonetos honrando al Rey

Sonetos honrando al Rey

El licenciado Arsenio Jiménez Polanco es un connotado periodista y brillante ciudadano, miembro y relacionista de la Iglesia “El Calvario”, templo de divinidad, alabanzas a Dios, al amor y la solidaridad humana.

Fruto de su intelecto, inspiración y fe en Jesús, don Arsenio tuvo la gentileza de obsequiarme su enjundioso libro “Sonetos Honrados al Rey”, único redentor universal, el cual agradecemos con toda la pureza del alma y hemos leído en reiteradas oportunidades.

Sonetos Honrados al Rey, es un homenaje enaltecedor, cual catecismo sagrado, demostrativo de la devoción que sustenta Arsenio, cual clámides de victoria moral y un mensaje lírico, no solo para la membrecía de ese prestigioso centro y altar de la oración, el estudio y enseñanzas y los perfiles sacrosantos y bendecidos, sino para los que estamos identificados con la doctrina redentora de Cristo y a todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestra atormentada República Dominicana, de fácil y buen escrito prólogo, del respetado e insigne pastor educador, licenciado Félix Hernández.

En estos sonetos, el señor Rafael Gullón, refiere entre otras cosas: “Sus versos se miden con el alma en suma la forma podrá ser descrita y comparada, pero el fondo que representa la aspiración de don Arsenio, es lo que para este hombre humilde y gentil tiene importancia”.

Damaris Fuentes Días, flor de los vergeles, sobre la obra de Arsenio, expresa: “La verdad Bíblica resalta con claridad meridiana en medio de las diversas figuras literarias sin perder su calidad interpretativa, dejando impresas en el alma, huellas que definen un destino ineludible: Amor a Dios sobe todas las cosas y serle fiel hasta el fin”.

Don Arsenio Jiménez Polanco, afamado, sincero y capaz, es un poeta lírico del Señor, quien escribe y canta así: “Cielos nuevos Oh lluvia bienhechora, ha derramado Dios sobre la tierra, yo no podría dudar aunque quisiera, que son las mismas de las maravillas”.

“Llueve sobre los montes y los valles, se evapora la lluvia, sobre el cielo para volver a tierra ya agua o hielo, y así será, hasta el día del gran duelo, pero Dios lo promete, el nunca se irá, nos dará nuevos cielos, nueva tierra”.

Don Arsenio le ruega y habla al señor Dios como un relicario enternecido, envuelto en la mística de sus encantos y se eleva como una mariposa teñida de auroras y azahares.

Felicidades Arsenio, por este manjar con tintes de divinidad que usted ha legado al templo el Calvario y a la esencia de la religiosidad.

Aquel que tiene fe no está nunca solo, expresó Thomas Carlile. Tomar la propia decisión de uno y seguirla hasta el fin, donde quiera que conduzca con la fe de Dios debe ser la consigna de la madre humanidad. Bienaventuranza querido amigo.

Bienaventuranzas querido amigo.

El Nacional

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