POR: Eddy Olivares Ortega
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Penas cumplidas y candidaturas
Muchos han sido los que desde la prisión han caminado victoriosos hacia la gloria y el poder. Nelson Mandela, sin lugar a dudas, el preso más admirado del siglo XX, llegó a decir: “En mi país, primero vas a prisión y luego eres presidente”. En eseprestigioso grupo se encuentran figuras ilustres de la talla del gran Mahatma Gandhi, los premios Nobel de la Paz, la birmana Aung San Suu Kye, detenida y arrestada por más de 20 años y el surcoreano Kin Dae Jun, quien luego llegó a ser presidente, entre otras grandes personalidades. Todos tienen en común el haber sido presos políticos o prisioneros de conciencia, como consecuencia de su lucha por la libertad y la democracia.
Mientras que el Estado en manos de los tiranos convierte en héroes a ciudadanos como Mandela, al privarlos de su libertad por haberse rebelado contra el autoritarismo y la violación de los derechos humanos, no ocurre lo mismo con aquellos que han violentado injustificadamente y con extrema gravedad el orden social. Su reinserción a la sociedad, después de haber cumplido la condena, pasa por un sendero de dudas, deshonra y desesperanza, que les imposibilita encontrar el camino hacia el poder político.
Sin importar la causa, todo el que ha cumplido su condena, recobra sus derechos de ciudadanía, entre los cuales se encuentra el derecho a elegir y ser elegible a los cargos establecidos en la Constituciónde la República, lo cuales de conformidad con el artículo 24, se suspenden en los casos de condenación irrevocable a pena criminal, hasta el término de la misma.
En los únicos casos en que se pierden los derechos de ciudadanía, es cuando el ciudadano ha sido condenado irrevocablemente por delitos de traición, espionaje, conspiración, por tomar las armas y por prestar ayuda o participar en atentados o daños deliberados contra los intereses de la República.
Una vez cumplida su condena, y en consecuencia, la pena accesoria de la suspensión de los derechos de ciudadanía, el penado recobra plenamente sus derechos políticos, pudiendo ser parte activa de un partido político u organización accidental o participar en su formación. En ese orden, para Nicola Matteucci, “los derechos políticos (libertad de asociación en los partidos políticos, derechos electorales), están vinculados en la formación del estado democrático-representativo e implican una libertad activa, una participación de los ciudadanos en la determinación de una dirección política del estado”.
Sin embargo, es a los partidos políticos a quienes corresponde la responsabilidad de convertir en candidatos a presidentes, legisladores, alcaldes, regidores y directores y vocales de distritos municipales, a aquellos ciudadanos que han sido privados de su libertad por la comisión de delitos graves. Pero la decisión final sobre su elección la tiene el electorado, cada vez más informado sobre la vida de los políticos.

