Las autoridades que manejan el sistema integrado de transporte anunciaron que a partir de este mes los usuarios del teleférico, que funciona en su primera fase, pagarán 35 pesos. Ese costo parece elevado para los pasajeros que usan en sus rutas el nuevo servicio. Han dicho que el teleférico tendrá una capacidad de 4,500 pasajeros por hora en cada sentido y podrán movilizar más de 72,000 viajeros todos los días para beneficiar 122,984 de todos los sectores. Sin embargo, hemos visto en los primeros días de mayo una reacción contraria a lo esperado por los funcionarios y autoridades del teleférico.
Los usuarios aparentemente no están contentos con el pago del transporte aéreo. Vemos como las cabinas van en sus desplazamientos prácticamente vacías lo que debe estar llamando la atención de los técnicos que hicieron el pronóstico alrededor del servicio en cuestión.
Además, al apresurar la puesta en ejecución del sistema integrado del transporte solo con el teleférico y no avanzar en la construcción del monorriel es una muestra de lo poco planificado de es vital servicio para una metrópoli que sigue avanzando en las obras que construye el sector privado, pero no así en lo que tiene que ver con estos proyectos del gobierno. Hay que atender urgentemente la preocupación de los usuarios quienes valoran el precio como exagerado porque eso mismo pagan en los denominados “carro de concho”.
La basura
Desde diversos sectores se reporta acumulación de desperdicios sin que hasta la fecha las nuevas autoridades del cabildo tengan una acción urgente para resolver un problema que el municipio daba por solucionado, pero las salientes autoridades fallaron en la entrega de una ciudad limpia.
Recientemente el actual sindico declaro “una guerra a la basura”, pero aún persisten los problemas relacionados a la higiene. Se destaca este como uno de los puntos principales de la acción de los ejecutivos del cabildo.
La preocupación alrededor de este tema va relacionada a las lluvias de la última semana y el incremento de mosquitos que se esparcen por doquier ante la inacción de Salud Pública que no se ve por parte alguna realizando labores de fumigación o descacharrización.