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Televisión noticiosa y su credibilidad

Televisión noticiosa y su credibilidad

Los investigadores Iyengar y Kinder encontraron que los temas más sobresalientes y que generan mayores niveles de opiniones son los de carácter político.

Mediante serios experimentos de laboratorios, Shanto Iyengar y Donald Kinder determinaron que aún las dosis relativamente pequeñas de cobertura noticiosa en los informativos de televisión, provocan cambios importantes en las convicciones de los televidentes respecto a la importancia de los temas.

Los colegas comunicólogos, establecieron que la investigación de la condición noticiosa demostró que las personas por lo general aluden problemas o sucesos de las noticias cuando señalan los problemas políticos y sociales del país.
Además de documentar los efectos de las coberturas noticiosas en los niveles de preeminencias de los temas, los investigadores bucearon asimismo en los antecedentes de las bases de estos e incluían las peculiaridades de los mensajes, las características de las audiencias y la naturaleza de los programas.

En el caso de la televisión noticiosa, los relatos que aparecen en primer lugar, ejercen mayor influencia que los que se ven a lo largo de la emisión del programa. De manera similar, los artículos de los periódicos o revistas que van acompañados de fotografías y/o imágenes tienen eficacias mayores que no ilustramos.

“Los investigadores Iyengar y Kinder encontraron que cuando más prominentes son los temas en el flujo de las informaciones nacionales que tienen mayores logros en las opiniones son de carácter político.”

Los planes de los efectos de la televisión noticiosa son atribuciones de responsabilidades de los ciudadanos de los temas políticos y son interesantes por varias razones, una de las cuales (y no la menor), es que el concepto de responsabilidad implica una pauta psicológica poderosa del televidente.

Estas atribuciones pueden dividirse en dimensiones causales y de tratamientos. La responsabilidad causal apunta al origen del tema o problema, mientras que la obligación del comportamiento enfoca a quién o quién tiene el poder para mitigar el problema o para impedir su solución.

La accesibilidad a la información es el denominador psicológico común que une los efectos de la cobertura noticiosa en los medios de las percepciones detemas.

Los efectos de las noticias, las atribuciones de responsabilidad, se pueden comprender de manera similar en la medida que alimentan a las personas con una reiterada dieta de noticias episódicas en lugar de temáticas que pueden lograr más atención del teleespectador.

Desde una perspectiva visual, los informes episódicos tienden a las buenas descripciones. Las temáticas de las noticias son contrastes, ubican las cuestiones públicas en un texto general o abstracto. Por lo general, las bases de las mismas toman la forma de noticias de trasfondo, dirigidas a situaciones o sucesos colectivos, y con frecuencia se asemejan a un chismorreo.

En suma, la influencia considerable de los medios comunicacionales en los contextos de la responsabilidad social y política, entre otros, son determinantes. El empleo de ciertos esquemas para suministrar informaciones de determinados argumentos, altera, en efecto, las atribuciones de la responsabilidad causal y el tratamiento de los teveaudibles.

Válido es decir, que cuando predomina un tema en las noticias, como se ve con claridad en los casos de pobreza, crimen, violación sexual, económica, y más… la praxis periodística adquiere una significación política y social inconmensurable.

Por consiguiente, el periodismo es un arte, y cuando el reportero olvida quién es y por qué está en acción -cuando confunde las diferencias entre una relación personal- y una relación profesional puede perder la facultad de mantenerse imparcial, frío e inalterable.

Un buen político comprende de dónde viene un reportero. Valora sus imperativos morales, su actitud mental, sus deberes y sus responsabilidades.

El buen reportero comprende que el punto de vista desde el otro extremo es diferente, que las figuras políticas tienen sus propios propósitos, intereses y reglas operativas.

El personaje público quiere presentar su caso bajo la mejor imagen posible y con propósitos políticos.
Acérquese a estas personas con una actitud tranquila, como si dijera: muéstreme; es decir, sin ser ni obsequioso ni belicoso. Su actitud debe reflejar esto: estoy aquí porque estoy haciendo mi trabajo, mi oficio. Usted, el suyo. Entonces, hagámoslo de la mejor y más amistosa manera posible.

Sea atento. Sea respetuoso. Escuche cuidadosamente, no sólo lo que se dice, sino también lo que queda sin expresarse. Cuando oiga tan sólo palabrería política o burocracia, sonría amablemente y pida aclaraciones, explicaciones y términos llanos. Desarmará al funcionario si usted reconoce su necesidad de simplificar y clarificar las declaraciones.

Hágale el tipo de preguntas que lo obliguen a enfrentar los hechos específicos de los problemas y temas que se tratan. Evite las generalidades. Si argumenta de modo genérico: tratamos a esa persona dependiente de la beneficencia pública con equidad. En resumen, usted está para conocer los hechos, los detalles de la historia.

Si de todo lo anterior, usted deduce que la relación entre periodistas y funcionarios públicos es complejas. Estas convicciones son para atemperar con los medios comunicacionales diplomáticamente.
El autor es periodista y geopolitólogo.

Por. Maguá Moquete Paredes
maguamoqueteparedes@gmail.com

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