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Tímida reacción

Tímida reacción

Más que explicación, sobre el hacinamiento en la cárcel de Higüey lo que se requiere es una solución. Y por la dimensión y las consecuencias que acarrea el problema, esa solución tiene que ser urgente.

Al abordar el malestar la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, explicó que se trata de un problema estructural, agravado por la lentitud de los procesos judiciales.

Si la respuesta es acelerar los juicios y trasladar los reclusos preventivos a otros recintos no hay más que acometerla de inmediato para terminar con el doloroso drama. Todo lo que haya que hacer tiene que hacerse siquiera en aras de la humanización de los presos preventivos.

Con las medidas se impone también una investigación porque es posible que la autoridad no haya jugado el papel que le corresponde sobre la gestión de la cárcel preventiva. Y puede darse por descontado que la cárcel preventiva de Higüey no es la excepción en cuanto al hacinamiento y la lentitud para procesar a los detenidos.

Se trata, como reconoció la magistrada Germán Brito, de un mal estructural común al sistema penitenciario. Pero las explicaciones sobran y urgen las soluciones.

El Nacional

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