La realidad de la piscina olímpica
Por fin y a buena ahora estalló lo que venía denunciando hace varios años, un pleito entre el Patronato del complejo acuático del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y el club privado que funciona allí.
Ellos se protegían uno a otro, desde hace 10 años, pero ahora al ‘echarse la paloma’, están enfrentados y ojalá que la sangre no llegue al río.
Son cosas inexplicables y que solo dejan la interrogante de ¿por qué hay dos ‘dueños’ en una instalación deportiva del Estado?
Ese es uno de los graves problemas que hay en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y que debe ponerlo en carpeta el próximo ministro de Deportes, Francisco Camacho.
En la piscina olímpica funciona el club privado Aquatics Máster Team (AMT), que tiene una matrícula de dos a tres mil socios y todos pagan una cuota mensual por usar la instalación.
¡Juro que no he podido determinar donde van esos fondos!
Es la décima vez que en 10 años toco el tema, el que no ha podido ser resuelto por ninguna administración del Ministerio de Deportes.
Durante ese largo período siempre me desmiente el Patronato y también el club Aquatics Máster Team. Ahora no sé quién lo hará.
La administración de Danilo Díaz trató en oportunidades de disolver y finalmente de cambiar el Patronato, pero le salió ‘un hueso duro de roer’. Lo vencieron.
El Patronato y también el club ponen trabas a la Federación de Natación y a sus atletas de alto rendimiento y estos han emprendido la huida del lugar. No se sabe por donde anda ni que hace Radhamés Tavárez,
su presidente.
O sea, que el Patronato y el club tienen una instalación deportiva del Estado, o del pueblo,
como si fuera suya.
El Patronato declaró a la prensa recientemente que es autosuficiente desde el año 2014, pero el club Aquatics Máster Team (AMT), lo acusa de “maltratos
y desconsideraciones “.
Los motivos del pleito me lo contaron al dedillo y me entregaron papeles, pero los resguardo debajo de la manga, esperando mejores momentos.
Lo que otros ministros de Deportes han considerado de difícil solución, para el nuevo pienso que será fácil.
No debe haber Patronato, ni club en esa instalación, donde hace más de 10 años, los atletas y los niños pobres no pueden nadar, porque
no pueden pagar.
El complejo debe ser entregado a su mayor doliente, que es la Federación de Natación,
y esos dos ‘inquilinos o dueños ‘deben desaparecer, de una vez
y para siempre.
¿Le pondrá Francisco Camacho el cascabel al gato?
Por: Héctor García hectorgarciasr@gmail.com