La resonante victoria de Editrudis Beltrán en las elecciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha sido un bálsamo para el PRM.
A pesar de que Beltrán tenía un largo trecho recorrido, pues en dos ocasiones fue vicerrector, además de ocupar otras funciones en la casa de estudios, su triunfo con más de un 57% de los sufragios se percibe como más política que académica.
El PRM no llamó a votarlo en los comicios, pero con excepción de Hipólito Mejía y uno que otro dirigente, el grueso de los funcionarios relacionados con la UASD realizó una intensa campaña a favor de Beltrán.
Necesitaba dar un golpe de efecto que se sienta en la opinión pública. La oposición se cuidó de fijar posición, pero cerró fila con el independiente Jorge Asjana. Hasta los estrategas, entre los que destacan el mercadólogo Wilson Rodríguez, eran los mismos que trabajaron para el proyecto del presidente Luis Abinader y para el PRM. Beltrán tiene el gran reto de revestir de académica lo que se percibe como una victoria política.
Desde hace muchos años la UASD precisa de una transformación, modernización y saneamiento que la coloquen a la vanguardia del desarrollo que demandan los nuevos tiempos. Por la politiquería, el populismo y el clientelismo la UASD se ha quedado rezagada en los campos de innovación e investigación. Beltrán tiene todas las condiciones para realizar una labor histórica.
