El valor moral de la prensa tiene que coadyuvar utilidad y exactitud a los diferentes públicos. La pasión por los acontecimientos extraordinarios en sus diferentes particularidades es el escenario de la libertad.
Libre, al mismo tiempo que puede informar con lógica a la teveaudible, audiencia o lectoría para constituir un documento serio e histórico.
Un periodismo libre no se conforma, por otra parte, con registrar los hechos; se dirige hacia el porvenir, prepara reformas a las revoluciones del conocimiento, expresa el alma de las multitudes y es verdadero emisor de las ideas.
Tengo respeto y admiración al periodista, reportero, director de prensa y presentador de noticias del Noticiero Univisión, el mexicano Jorge Ramos. Creo en su cualificación humana y profesional del periodismo moralético.
El periodista se debe al público y por ello su información contribuye con su imparcialidad, veracidad y honestidad a que la verdad del suceso difundido sea evidente. Una vida con el periodismo de la verdad como norma irrenunciable, y como profesional ha estado de cara al sol con la libertad de expresión y el derecho a la información con base a la democracia participativa. Un ciudadano de familia y del deber cumplido: Jorge Ramos.
Distinguido conductor del Noticiero Univisión, revestido de credibilidad, influye en el periodismo mediático hispanófono en Estados Unidos de América con orgullo latino y de especial paradigma para la comunicación mundial.
La ley es razón de nuestros actos. La consciencia periodística es norma de acciones en vinculaciones con el ser humano en el concierto de sus objetivos vivenciales. A todo esto, la ética es la filosofía de los valores morales. Por tanto, se colige, una prensa responsable, solidaria y expresiva fuente de la sociedad.
Cultura y palabra, describe Gabriel García Márquez, tienen la realidad y el sentido plural de los sentimientos de los pueblos. Jorge Ramos, el humano y con pasión fértil a su México querido, es el trayecto de la palabra, el tesoro más valioso del género humano, porque es el único a través del cual el hombre o la mujer acumula conocimientos de generación en generación sin darse cuenta de cómo puede enriquecer ese proceso acumulativo de un bien inextinguible, con el cual cada quien queda dotado de los conocimientos que la humanidad ha creado a lo largo de su concreción.
“Nuestra introspección es precisa, porque el periodista es un escritor, y si no lo es no puede ser periodista a plenitud; y para todo aquel que desempeñe el oficio de escritor debe navegar junto a las palabras, sea periodista o sea literato, es la lengua, y en el caso nuestro, la lengua española con la plenitud.”
Insurge, pues, Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Arturo Uslar Pietri, Germán Arciniegas -por situar algunos personajes de la literatura mundial- fueron novelistas, cuentistas, cronistas, poetas, en unión a la pasión del periodismo. Esto concadena la palabra que tiene su origen en la que los griegos usaban para referirse al tiempo (el día del Tiempo, que era Cronos); de esa palabra cronos se extrae crónica, que logra la acepción de historia para describir los hechos pasados.
El periodista es un hacedor de la historia todos los días. Esa nobleza del periodismo y la literatura hay un elemento que conecta la profesión y la creación literaria. La materia prima es lo expresivo del lenguaje que concluye en las sociedades de todos los tiempos.
El autor es periodista y geopolitólogo.