La Ley de Convocatoria a la Asamblea Revisora que buscará reformar una vez más la Constitución, específicamente el artículo 124 sobre la reelección presidencial, dejó en evidencia a la clase política actual: el PLD impone su mayoría mecánica y para el resto busca “alianzas” que en el discurso es para el bien del país, pero en realidad constituye un profundo golpe a la democracia y la institucionalidad. Es entonces el PRM el llamado a quebrar ese círculo vicioso.
Que el PRD haya votado a favor de la Ley de Convocatoria constiuye la negación de los principios y postulados de José Francisco Peña Gómez, y el entierro de la bandera antireeleccionista del partido que fuera el más grande del país, y que terminara, aliado del PLD. El escenario político, por tanto, está muy definido: El continuismo, de un lado, y el cambio, del otro.
Los que estamos con el cambio, debemos seguir luchando por recuperar el contrapeso de la democracia, hoy golpeada por una ambición desmedida de poder del PLD , sumido en importantes denuncias de corrupción y blindado por la impunidad, de la cual está cansada la mayoría de los dominicanos.
De ahí mi enorme orgullo por el voto en contra de los diputados del Partido Revolucionario Moderno. Incluso, en la alocución de Nelson Arroyo, se recordó el rechazo del reeleccionismo por parte del presidente Antonio Guzmán y de mi padre, Salvador Jorge Blanco, legado que hoy y siempre en el PRM sabremos honrar. El PRM y el candidato presidencial Luis Abinaer son los llamados a liderar una auténtica oposición, respaldada con fuerza por todos los partidos y movimientos que conforman la Convergencia, comprometidos a defender los intereses del pueblo dominicano, a hacer cumplir sus demandas y dar paso al futuro que como nación nuestras hijas e hijos merecen.
Lo que hagamos hoy se verá reflejado mañana. Estamos del lado correcto de la historia, la que busca la verdad, una justicia transparente, y un país donde la democracia se afianze y la institucionalidad funcione. Con el PRM, la Convergencia y Luis Abinader, nos encamimos hacia ese triunfo histórico que permita por fin construir el país que hemos soñado.