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Una lección: Tragedia Fula

Una lección: Tragedia Fula

Socorristas en río Fula, Bonao.

El caso de las cinco personas que murieron el martes arrastradas por la crecida del río Fula, en Bonao, llama la atención sobre la vigilancia y la seguridad en los balnearios.

Ha trascendido que los bañistas ignoraron la advertencia de un empleado de los establecimientos que operan en la zona para que salieran del río lo antes posible por la crecida del caudal de la corriente.

Juan Bautista relató que los clientes de los establecimientos veían cómo crecían las aguas, pero los bañistas seguían en el río ajenos al peligro.

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Bautista dice que incluso varios empleados de los establecimientos se lanzaron al río para ayudar a salir a las personas, pero que no fue posible cumplir con la misión.

Una de las víctimas era una menor de edad que celebraba su cumpleaños junto a su madre, quien también pereció ahogada.

La tragedia ha causado una gran conmoción, que demanda reforzar la vigilancia y las medidas de seguridad en los balnearios. Hay personas decididas a desafiar siempre las leyes de la vida, tomando decisiones arriesgadas. El caso de Bonao es una lección para las autoridades sobre la necesidad de regular los balnearios.

El asunto no es para la Semana Santa, cuando la gente inunda los lugares de esparcimiento. Y no es que se quiera culpar a nadie en particular sobre la lamentable tragedia de Bonao. Las cinco personas no son las primeras que mueren en balnearios por crecidas repentinas de ríos.

El Nacional

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