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Unidad de criterio

Unidad  de criterio

Las muchas explicaciones sobre decisiones administrativas no son la mejor de las señales de unidad, y menos aún en una sociedad marcada por una cultura autoritaria. No es que no haya sus pifias que merezcan aclararse, pero no como para catalogarlas, de manera capciosa, de novatadas o ignorancia.

Las precisiones que se han tenido que hacer no son un síntoma de mala comunicación o dispersión, sino expresión de la cercanía con la gente que ha caracterizado la gestión del presidente Luis Abinader. Los buenos maestros son, como los buenos dirigentes, los que persiguen que se entiendan las lecciones.
Al asumir el poder, Abinader ha trillado la hoja de ruta que había expuesto cuando era candidato.

El saneamiento del gasto acompañado de una más justa redistribución de los ingresos, la recuperación y fomento del empleo, la estabilidad macroeconómica, perseguir la corrupción y acabar con la impunidad, y lo más importante: cómo enfrentar la pandemia sanitaria definen sus objetivos. Pero en un escenario tan complejo tienen que darse sus inconvenientes en un gabinete que, por más bien articulado que esté, no deja de ser disímil.

Si bien los fundadores de su equipo político desempeñan posiciones importantes, Abinader ha sabido rodearse hasta de funcionarios de pasadas gestiones que se han destacado por su solvencia y eficiencia. Desde Roberto Fulcar, Deligne Ascensión, Rafael Santos, Adolfo Pérez de León, Nelson Arroyo, Kimberly Taveras, Mercedes Pichardo, Antonio Almonte, Antoliano Peralta Romero, Daniel García Archibald, José Ignacio Paliza y otros que después de 2004 comenzaron a engrosar su proyecto hasta los que se fueron integrando poco a poco conforman la estructura política y administrativa que lo acompaña.

Orlando Jorge Mera, Miguel Ceara Hatton, Jesús Vásquez Martínez, Roberto Álvarez, Lisandro Macarrulla, Jochy Vicente, Yayo Sanz Lovatón, Franklin García Fermín, Gloria Reyes, Raquel Peña, Santiago Hazim, José Marte Piantini, entre otros, son también muy cercanos políticamente al mandatario.

Ha sido en gran medida gracias a su equipo político que Abinader ejerce el poder. La estrategia, con todo lo que implica, desempeña siempre su valioso papel. Pero él ha tenido que aportar, además de imagen, autoridad y liderazgo para cohesionar las fuerzas internas y externas con que ganó las elecciones y dirige la nación. Por ahora ha prevalecido la unidad de criterio.

El Presidente tiene claro el camino que transita. Que encuentre obstáculos y se cometan pifias es lo más normal. Lo anormal sería la perfección. Ese camino tan bien trazado es el que hace que el discurso oficial haga tanto hincapié en la transparencia, la eficiencia y la cercanía con la gente.