El país necesita un cambio.
Yo soy el cambio.
Usted es el cambio
Todos somos el cambio si no lo proponemos, si nos unimos, si trabajamos para crear una corriente indetenible, como un río embravecido, que lo arrastra todo llevándose cuanto encuentra a su paso.
Ellos tienen el poder del Estado, nosotros, los que auspiciamos el cambio, solo queremos tener el poder del pueblo para juntos producir las transformaciones que demanda la sociedad.
No quiero quedarme sentado mientras continúan los atracos, los robos, los asaltos y los crímenes, ante la indiferencia del gobierno.
No quiero dejar pasar la oportunidad de castigar con mi voto la corrupción y la impunidad que auspicia el Partido de la Liberación Dominicana y Danilo Medina.
No me cruzaré de brazos viendo cómo se llevan el país unos señores y señoras que pasaron de mendigos a empresarios de la política, dueños y codueñas de las empresas de la construcción, los combustibles, las agroindustria, el comercio, la banca, el transporte, las exportaciones y las importaciones, etc. ¡No!
No seré indiferente ante los inmensos privilegios de esa casta de empresarios de la política que pretende perpetuarse en el poder corrompiendo y envileciendo a los empresarios, abogados, médicos, periodistas, maestros, ingenieros, arquitectos, policías, militares, amas de casa, obreros, campesinos y simples chiriperos. ¡No!
No será cómplice de quienes solo piensan en ellos, en sus ganancias millonarias mal habidas mientras la gente se muere en los hospitales
por falta de atenciones médicas adecuadas. ¡No!
No votaré por aquellos que han atropellado, humillado y empobrecido al pueblo robándole su fe y su esperanza. ¡No! ¡Qué me parta un rayo si lo hago!
No haré como aquellos que desde una posición pequeñoburgués le hace el juego al PLD y al gobierno apostando a una segunda vuelta para luego pescar en río revuelto creyendo en “va a llover”.
¿Y si no llueve? ¿Y sino hay una segunda vuelta porque el gobierno se roba las elecciones como en otras ocasiones? No me prestaré a esa farsa. ¡No! Yo apuesto al cambio. Danilo es más de lo mismo; es decir, más corrupción y más impunidad.
Votar contra Danilo es un acto patriótico, una muestra de conciencia ciudadana, de empoderamiento, de coraje, de valentía y de amor por la Patria. Votar contra Danilo es decirle no al peculado, al robo, a la mentira, al clientelismo, al cinismo de quien se autoproclama el más honesto de los honestos en medio del latrocinio. Votar en contra de Danilo es dar un paso al frente, es un avance significativo en materia ética y moral.