Editorial

Vampiros

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 El proyecto de ley que pretende  crear un impuesto de 20 pesos a las facturas telefónicas para sustentar el sistema de emergencia 911, puede interpretarse como un insulto a la población que todavía no se repone de los  duros efectos de la reforma fiscal.

Ese  servicio de prevención y socorro debería  ser financiado con  los ingresos  que el Gobierno  obtiene por su canasta impositiva, sin que  se atisbe más carga al presupuesto familiar que hace tiempo es  deficitario a causa del incremento de la inflación.

 El gravamen procura recaudar RD$640 millones mensuales de las costillas de los ciudadanos, que ya aportan centenares de millones de pesos por  el pago de impuestos selectivos y del Itebis aplicados a la tarifa telefónica residencial y móvil.

Los legisladores que incurren en esa  combinación de torpeza y abuso parecen olvidar que hace menos de un año  el Congreso aprobó un ramillete de impuestos por más de 20 mil millones de pesos que también serán extraídos del espinazo de la gente.

Se reconoce la importancia y utilidad del sistema de emergencia 911, pero es insano pretender que  el ciudadano ordinario cargue, no sólo con su costo,  sino también con el financiamiento  de renovación de  los equipos  que usan entidades de auxilio, como bomberos y sistema de  asistencia hospitalaria.

Desde esferas oficiales y congresuales se persiste en la mala costumbre de convertir  toda iniciativa en armatoste para anidar costosas burocracias  cuyos costos, obviamente, se cargan al ciudadano ordinario como sería el  sistema 911,  diseñado al parecer para que la  sal resulte más costosa que el chivo.

Las cámaras legislativas están compelidas a rechazar ese despropósito que pretende aplicarse sobre una población que lleva más de dos años  sin que se revise siquiera  el salario mínimo.

Pretender  aplicar  más gravámenes directos al consumo y a los servicios es   como acercar fósforo encendido al tanque de combustible, por lo que lo mejor sería que los vampiros se alejen del cuello ciudadano.

El Nacional

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