Mujeres agredidas con “ácido del diablo” se manifestaron ayer frente al Congreso para demandar que se legisle para consignar en el Código Penal la pena máxima a quienes rocíen esa sustancia química a otra persona.
Las manifestantes narraron las secuelas que les ha dejado el mencionado ácido y deploraron cómo muchos de sus casos han quedado sin castigo y en ocasiones con pocas penalidades.
El grupo también se quejó de la falta de apoyo que tienen de las autoridades, a pesar de que tienen que incurrir en cuantiosos gastos médicos.
«Queremos justicia para los que nos matan en vida. Necesitamos que nos ayuden, y queremos que reciban castigo», clamaron.
Dijeron que algunas de las víctimas, incluso, han intentado el suicidio en varias ocasiones porque sumado a los daños físicos, también son discriminados por su aspecto hasta por sus propias familias y se les dificulta acceder a empleos.
«Eso es un dolor inmenso que no se aguante. Eso yo no se lo deseo ni siquiera a las personas que me tiraron esto», narró Esther Jiménez, quien fue atacada en 2011 en Bonao y por su caso nadie ha sido detenido a pesar de que identificó a las personas que le rociaron el letal ácido.

