Los pacientes de los hospitales públicos vuelven a convertirse en víctimas propiciatorias de la insensatez. Por un conflicto con la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), unos 140 médicos residentes de la maternidad San Lorenzo de los Mina iniciaron un paro indefinido en protesta por el incremento de 3,600 pesos del aval para ejercer la profesión.
También objetan la tarifa de 10 mil pesos que cobra la casa de estudios por el anteproyecto de tesis para optar por el título. Sean legales o ilegales los ajustes introducidos por la UASD, es con la casa de estudios con la que los médicos residentes tienen que librar la batalla. No luce sensato el caos que podría desatar su huelga, pero tampoco que se prive a los pacientes de su asistencia facultativa.
Ellos saben que su servicio es muy importante en esos hospitales frecuentados por personas de escasos recursos económicos. La huelgas médicas jamás son sensatas. Por los efectos cabe esperar que reflexionen y reorienten una demanda que puede ser muy justa.