Las autoridades de Salud Pública informaron el pasado miércoles que millones de dosis de vacunas contra la covid-19 están a punto de vencer. Quizá sea motivo de satisfacción para la minoría que se ha sublevado contra el proceso de inoculación dirigido a detener los efectos devastadores de la temible pandemia. Es penoso.

Cerca de seis millones de personas en el mundo, más de cinco mil en nuestro país, han perdido la vida por casusa de este fatídico mal. No obstante, algunos grupos se han permitido armar guerrillas contra la aplicación de la vacuna. Llevaron su rebeldía a distintos escenarios, incluidos púlpitos de los templos y espacios académicos.

No se sabe si por obediencia a la prédica irracional de los antivacunas o por pura negligencia, poco menos de la mitad de los dominicanos no han acudido a inmunizarse contra el coronavirus. Entre tanto, el Gobierno ha cumplido con la responsabilidad de tenerle a cada uno la respectiva dosis de la vacuna.

El ministro de Salud, Daniel Rivera, informó a mediado de semana que a esa fecha siete millones 225 mil dominicanos habían recibido la primera dosis de la vacuna, además de que cinco millones 825 mil cuentan con la segunda y dos millones 250 mil portan el refuerzo de una tercera dosis. Los indolentes, por supuesto, son menos.

Las vacunas suelen ser más delicadas que los demás medicamentos y su almacenamiento reviste más rigor. Pese a una intensa campaña publicitaria en la que el Gobierno pedía a los ciudadanos vacunarse, algunos lotes del fármaco han caducado. El doctor Rivera informó que a la fecha han perimido 354,240 dosis.

El Gobierno puede tener su conciencia tranquila. Los esfuerzos desplegados para adquirir vacunas, habilitar centros para esos fines y promover la necesidad de vacunarse han sido muy visibles. Pero, hay gente que siempre necesita motivo para oponerse, aunque vaya en contra de sí misma y hasta a riesgo de su salud.

El coronavirus ha mermado, pero no ha desaparecido. Cada día tenemos en nuestro país entre 300 y 400 contagios y dos o tres decesos. Vale, entonces, apoyar la exhortación del ministro de Salud para que la población siga vacunándose contra el virus. Evitemos que se venza otro lote de vacunas contra la enfermedad.

“Lo estamos anunciando para que la gente se entusiasme y no se pierda esa pequeña cantidad de vacunas”, dijo Rivera. Pienso que es un imperativo del momento derrotar la desidia y la nociva perorata de los insurrectos antivacunas. La vacuna sigue siendo tan requerida como en los peores momentos de la pandemia.