Articulistas Opinión

Yendo y viniendo

Yendo y viniendo

José Díaz

Estos días, en que al leer la prensa lo que recibimos es una andanada de feas noticias que nos obligan a preguntarnos cómo hemos de ingeniárnosla para hacernos a un lado y seguir sin sentirnos tocados por un mundo que, aunque parezca un contrasentido, valora los antivalores.

Se mantiene una guerra en Ucrania que mata seres humanos y no sabemos por que pelean, y las potencias occidentales atizan y alimentan a “la víctima” para dejar en ridículo al “enemigo” poderoso.

El gobierno del presidente Abinader se ha pasado tres años llorando por la desgracia haitiana y cómo esta afecta nuestro país, mientras tanto los militares han hecho su agosto con el negociazo del tráfico ilegal de haitianos.
Hemos revivido y vuelto a matar a Emely Peguero con el caso de Esmeralda Richiez y todavía no se le conoce medida de coerción a Cocotico por haber matado un niño de once años solo días después de mandar una niña al hospital con un golpe en la cara.

Esta sola semana han sucedido tres feminicidios y seguimos una loca carrera por mantenernos como el primer país del mundo en accidentes de tránsito y también los primeros en muertes por su causa.

Mientras esto sucede andamos celebrando las ocurrencias y malcriadezas de un grupo de enajenados que se hacen llamar artistas urbanos y sus andanzas y escándalos son celebrados, y por desgracia, son los que sirven de ejemplo a nuestros hijos.

Caben estas tristes reflexiones al entrar en un fin de semana que nos trae la conmemoración del natalicio de Mella y de nuestra independencia nacional. Válido para cerrar “algo más que salud” con una frase de Duarte: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”.