Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

POR: César Mella
cesarm2@codetel.net.do

 

Bobalicosas de la ciudad…

 
He notado la gran cantidad de adultos cojeando, es decir, humanos que han sufrido lesiones en el pasado y han quedado sin solución.
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Las tres veces que me he montado en el Metro de Santo Domingo me llama la atención ver a jóvenes conectados a un par de audífonos tal como ocurre en las grandes ciudades como Nueva York.
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Los saludos manuales han evolucionado, por ejemplo ahora en vez de dar la mano los varones se saludan chocando los puños cerrados.
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El guiñar un ojo; el “fui fuio” como pitido de galantería y el primero como gesto de coquetería, han desaparecido, más bien escuchamos el comentario de esquina “¿Viste a esa jeva, montro?”.
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El que se cae entrando a un edificio o en la calle producto de un resbalón lo primero que hace es pararse, sacudirse, mirar a ambos lados, reírse y asegurarse de que nadie lo ha visto y mucho menos acepta ayudas. ¡Cuántas fracturas óseas mal soldadas por hacernos los bravos!
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Antes al pasar el cortejo mortuorio la gente cerraba las puertas y ocultaba los espejos, ritual que pretendía conseguir alejar la muerte de nuestro hogar. Creo que esa costumbre ha quedado relegada a campos lejanos.
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En estos días un prestante médico inauguró su consultorio y el sacerdote al expeler el agua bendita le deseó prosperidad a este ofertador de salud, lo que él no sabía es que antes en horas de la tarde su suegra con incienso, agua y alimentos había llevado a un curioso para los despojos correspondientes.
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Los pedigüeños que encontramos en funerarias, canales de televisión y semáforos, han modificado sus técnicas. Antes era una receta (asuntos de salud) o la indicación de una prótesis. Ahora o es con un haitianito de meses cargado y la mano en posición de plegaria o en el caso de los gordos y colorados dicen: “Consígame un pasaje licenciado”.
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Ya limpiar el cristal de tu automóvil sin tu autorización, en la parada de un semáforo, es una agresión que ha traído muertos. Nos queda solo a veces, activar el limpiavidrios y oprimir el humidificador y con todo y eso, te insultan…
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Así como la serenata de madrugadas es un ente en desaparición, el piropo poético y galante también. Se escuchan los halagos genealógicos:
“Felicítame a tu madre por esa imponente arquitectura”.
Los imaginativos:
“Señorita, no debió pedirme excusas por ocultarme con su bello rostro, recuerde que los ángeles no tienen espaldas”.
Eclesiásticos:
“Virgen solo quedan dos, usted, por supuesto, y la Virgen de la Altagracia.
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He observado las peleas que se originan por ocupar el lado más cerca de una puerta en un vehículo del transporte urbano. Otro caso es el del pasajero que decide pagar dos pasajes y utilizar en exclusiva el asiento delantero, o el obeso mórbido que pide el asiento trasero para su comodidad.
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Los invito a preguntarle a un transeúnte: Señor, ¿qué hora es?
La mitad se hace el desentendido; El 29 % saca de los bolsillos un celular Y el resto mira a su reloj de pulsera.

El Nacional

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