Retiro de casetas
El Ministerio de Medio Ambiente desarrolla una intensa labor con el retiro de casetas durante largo tiempo ubicadas en calles y avenidas de esta ciudad. Esto es parte, dicen, de un plan de desarrabalización. La medida fue tomada a raíz del levantamiento que coloca a este municipio como el segundo más sucio del país. En total, contemplan el retiro de 2,832 casetas.
De esa cantidad que registra ese Ministerio algunos de estos negocios tienen permisos municipales. Las casetas en las que sus propietarios se dedican a la venta de frituras, comida, prendas para vestir, gomeras, flores y algo más están diseminados por todo el municipio.
El esfuerzo parece loable y sano. La labor de retiro ha encontrado poco apoyo porque vivimos en una sociedad que permitió eso en forma desordena. Como en el país nadie quiere respetar el espacio común, el operativo es un ejemplo positivo. Falta que la autoridad Metropolitana del Transporte Amet colabore con esta jornada. Falta que Medio Ambiente le pegue el pico a la cantidad de gomeras que trastornan las aceras.
¿Qué salida buscarle a quienes tienen esos establecimientos en esos lugares? Es la gran interrogante. Cómo ofrecerles otro tipo de empleos, ahí está la creatividad de una sociedad que se dice avanzar. Llamo la atención en este sentido al Plan Estratégico de Santiago, ahí tienen temas para teorizar.
Mercado de los jueves
Hay un desafío al que junto al retiro de casetas enfrentan las autoridades de la Alcaldía, el Ministerio de Industria y Comercio, así como Medio Ambiente. Es el Mercado de los jueves o Mercado de Pueblo Nuevo. Cientos de personas se agolpan en las aceras colocando mercancías usadas en un espacio que ya llega hasta las principales calles del Centro Histórico.
Esto ha trastornado la vida de los residentes del barrio Pueblo Nuevo invadido por el mercado de pulgas. La circulación vehicular se hace casi imposible por la avenida 27 de Febrero y el caos copa la calle 30 de Marzo, la J. Armando Bermúdez. Este desorden lo dejaron crecer como un monstruo de varias cabezas que irrespeta hasta los difuntos del cementerio de la 30 de Marzo. Ese desorden impide velatorios fluidos en la principal funeraria de la ciudad.
Parece como si se nos impidiera morir un jueves para evitar el drama de los parientes y amigos que deben acudir al lugar a presentar condolencias. Aparte de todo esto hay diversas mafias dedicadas junto a ese drama dedicadas a la actividad delictiva. Unos sacan carteras, otros cobran arbitrios municipales y hasta quienes venden drogas. Sencillamente esto merece o SOS de atención.
Es una nota en rojo que requiere de su traslado a otro espacio. Para esto hay que tener firmeza y terminar con el desorden