Opinión

A dos años de gobierno

A dos años de gobierno

He leído y escuchado muchas opiniones evaluativas de los dos años de gobierno del presidente Danilo Medina. El grueso de los balances es interesado. Unos se exceden en elogios, otros no reconocen nada, muy pocos lucen objetivos y al margen de la pasión. Si comparamos la presente administración con la anterior, necesariamente hay que llegar a la conclusión de que Medina tiene una obra superior a la de Fernández. Los niveles de corrupción pública han descendido, conforme a investigaciones de entidades internacionales. La mafia de la construcción que prevaleció en el funesto pasado no está presente.

Además, se ha duplicado la inversión en educación, hay mucho mayor incentivo a la producción agropecuaria y las obras de infraestructuras (aunque pequeñas en su mayoría) se han llevado a toda la geografía nacional.

Hay que reconocer que a Medina se le observa una actitud más humanitaria en torno al problema migratorio. En gran medida enmendó, con la ley de regularización, la afrenta que constituyó, ante la comunidad internacional, la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, aspecto que le ha provocado problemas con sectores ultraconservadores, tanto dentro como fuera de su propio partido.

A Medina se le percibe como un hombre que no es malo, pero que llegó a la Presidencia con grandes compromisos. Compromisos políticos que lo llevaron a garantizarle impunidad a mucha gente que pudiera estar en la cárcel y no en actividades proselitistas con miras a la contienda electoral del año 2016. Y otro aspecto a reconocerle a Danilo Medina es la humildad en todas sus actuaciones, diferente a su antecesor, que se conduce como un faraón. Ese caballero se dio banquete con los recursos públicos e hizo viajes por el mundo de francachela con decenas de personas. ¡Buen abusador!

El Nacional

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