Opinión

A rajatabla

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Conspiracion

 

Es imposible hablar de desarrollo económico y social sin antes librar las obligadas batallas para desmantelar el ensamblaje oligopólico que sustenta la industria eléctrica basado en contratos viles y prácticas desleales que succionan del Presupuesto Nacional más de mil 500 millones de dólares al año.

El Gobierno ha puesto en marcha el proyecto de construcción de una de dos centrales eléctricas a carbón mineral en Punta Catalina, Baní, que generaría 769.8 megavatios a un costo promedio de 11.0 centavos de dólar, mucho menos que el promedio de casi 20.0 que cuesta hoy.

Cuando esas dos plantas entren en producción para principio de 2017, las empresas generadoras tendrán que modificar su matriz de generación que hoy se sustenta en el consumo de combustible bunker 6, que define el 55% del costo de la energía eléctrica.

Para que se tenga una idea de lo que representa la situación actual del subsector eléctrico, se señala que el precio más alto de la energía lo representan los contratos indexados al componente fuell oil, que representa el 57% del total de la energía que adquieren las distribuidoras.

Los precios del kilovatio hora, que generado por carbón mineral, gas natural o por caída libre de agua serían en promedio de 10.0 centavos, alcanzan por el uso de derivado de petróleo hasta 35.0 centavos de dólar, lo que justifica la ofensiva iniciada por el Gobierno para cambiar radicalmente ese cuadro.

Sectores muy poderosos que se benefician de ese ensamblaje anárquico en que signa la generación y comercialización de energía eléctrica, conspiran abiertamente contra el proyecto de Punta Catalina, cuestión que debe rechazar el Gobierno y la sociedad.

El consorcio Cogentrix, que opera tres generadoras de cien megavatios cada una, recibe 5.8 millones de dólares sin tener que encender ni un bombillo, lo que representa una hemorragia financiera de 60 millones de dólares anuales, pero, como si eso fuera poco, el Gobierno tuvo que pagar 283 millones de dólares adicionales a lo facturado por los generadores, solo por el incremento en la tasa de cambio.

Cuatro principales empresas que participaron en la licitación internacional para la construcción del proyecto Punta Catalina, felicitaron a la CDEEE por la transparencia con que se manejó ese concurso, pero desde aquí se envían emplazamiento a instituciones financieras interesadas en financiar esas plantas para que desistan de sus propósitos.

La inusitada campaña mediática contra un supuesto excesivo endeudamiento externo también procura castrar la posibilidad de que se levanten esas plantas, única vía para afrontar con éxito la estructura oligopólica que hoy desangra la economía y mantiene el país a oscuras.

El Nacional

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