Ahora que se está en un proceso serio de reforma de la Policía la ocasión es propicia para revisar cancelaciones, sanciones y muchos abusos de los que han sido víctimas infelices de rangos inferiores.
Como parte de las intrigas y los abusos de jerarquía el actual director Eduardo Alberto Then tuvo que recurrir a los tribunales para que se reparara su arbitraria separación de las filas policiales.
Pero agentes como el raso Ernesto Bienvenido Sánchez, de 19 años, no cuentan con los recursos ni protección para entablar un pleito a fin de que se le reintegre a la institución.
Sánchez alega que fue víctima de una falsa acusación promovida por un oficial por el simple hecho de defender a un hermano detenido por una patrulla en su residencia.
El director de la Policía, que en estos días anunció la designación de un equipo de abogados para asistir a los agentes, debe ordenar la revisión cuanto antes de casos como el de Ernesto Bienvenido Sánchez, quien desea servir al país desde el cuerpo, ahora que está en proceso de transformación. El caso debe tratarse como un acto de justicia, que en la Policía no ha sido frecuente.
