Tres de cinco detenidos por la Policía podrían ser los responsables de matar ayer, en el interior de su vivienda, en el barrio Las Flores, del sector de Cristo Rey, a la bisabuela de la niña que murió de un disparo en medio de un atraco en el sector La Zurza, del Distrito Nacional.
Un informe policial indica que por la muerte de la señora Juana González (Juanita) de 77 años y bisabuela de la niña Kylie Naomi Rosa Alcántara, los agentes de la Dirección de Investigación de Criminal (Dicrim) están corroborando versiones y verificando cámaras para confirmar quiénes de los presos, los cuales no identificó, son los responsables del crimen.
Afirma que la institución da garantía de que ese caso será resuelto a la mayor brevedad posible una vez termine el peritaje en todo el perímetro de la comunidad Las Flores.
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Precisó que las investigaciones están “muy” avanzadas bajo la coordinación del Ministerio Público por lo que “todo lo ocurrido saldrá a la luz pública y que los responsables de quitarle la vida a Juanita paguen por el crimen”.
Desde ayer, oficiales de la Dirección Central de Investigación detuvieron al menos a cinco vecinos de la señora Juana González (Juanita), de 77 años, cuyo cadáver fue encontrado en el interior de su vivienda, ubicada en un callejón del sector Las Flores del barrio Cristo Rey, Distrito Nacional.
Los pocos vecinos que quedaron sin ser detenidos por la uniformada hablaban tímidamente del caso y aseguraban que la señora era “un alma de Dios”.
El cuerpo de la señora González, quien además era bisabuela de la niña de 9 años ultimada durante un intento de atraco en la avenida Máximo Gómez el pasado viernes, presenta una herida punzocortante o estocada, informaron las autoridades.
“Ella vivía sola y recibía la visita constante de su hija y nietos. Además ella recibía remesas (dinero) del extranjero que le enviaban sus hijos”, expresó una de las vecinas.
La Policía Científica realiza, además, levantamientos de imágenes, recolección de evidencias y entrevistas a los comunitarios.
Los vecinos en el barrio Las Flores lucían esquivos y asustadizos ante la situación suscitada. Algunos detenían a aquellos que deseaban hablar con la prensa y les pedían reserva del caso, para evitar problemas.
