Como señalé en un artículo hace varios días atrás, la diplomacia que se practica hoy es una calle de doble vía. Nuevamente este asunto quedó demostrado con el acuerdo a que han llegado los gobiernos de Honduras y Costa Rica, el cual dejó sin efecto el requisito de la visa que ambos regímenes se habían impuesto para ingresar a sus respectivas regiones, pugilato que contrarió momentáneamente la amistad de los dos pueblos que forman parte de los 7 de Centroamérica.
El Principio de reciprocidad diplomática se hizo presente en las relaciones hondureñas-costarricenses, y ante la imposición de visa para la ciudadanía perteneciente a la patria de Francisco Morazán por parte de la administración tica del presidente Rodrigo Chaves, el gabinete de Xiomara Castro respondió de igual forma, resolviéndose el match en una mesa de negociación que eliminó definitivamente el pre-requisito de entrada.
Los regímenes tanto de una como de otra nación se pusieron de acuerdo para echar para atrás el requisito del visado, razón por la cual las relaciones estuvieron crispadas hace solo semanas; pero afortunadamente, de ahora en adelante tanto catrachos(as) como ticos (as) podrán ingresar a esos países latinoamericanos solo mostrando un documento que certifique no tener antecedentes delictivos.
Es el propio mandatario Chaves el que anunció la noticia del retorno a la posición anterior cuando dijo, «… solamente será necesario presentar la hoja de antecedentes policiales previo a ingresar a su territorio…».
Las autoridades de Costa Rica habían informado recientemente que personas procedentes de Honduras, Venezuela, Nicaragua, Colombia y Ecuador necesitarían un permiso para tener acceso a su demarcación.
Las relaciones diplomáticas entre Honduras y Costa Rica datan del año 1839. Sus cuerpos diplomáticos han mantenido históricos encuentros con miras a fortalecer sus puntos de vista sobre la integración regional de la zona.