Orto-escritura Semana

Adolescente, nada que ver con adolecer

Adolescente, nada que ver con adolecer

Rafael Peralta Romero

El vocablo adolescente no guarda ningún parentesco con el verbo adolecer ni con su participio activo adoleciente. Las palabras, como las personas, tienen relación de parentesco con otras, pues se sabe que existen familias de palabras. Ejemplo: pan, panadería, panadero, panera, panero… En cambio, hay palabras que no guardan relación con otras, pero tienen parecido fónico o gráfico, entre sí (cesión, sesión, sección…).

El parentesco entre personas implica consanguinidad, matrimonio u otro vínculo de afectividad. Entre las palabras, el parentesco lo determina la etimología. El parecido-del verbo parecer-se dice de una persona o cosa: que se parece a otra. Las voces parecido y parentesco son parónimas (parecidas), pero no guardan correspondencia semántica.

No es reciente la confusión de emparentar el sustantivo adolescente, referido a una persona que está entre la niñez y la juventud, con el verbo adolecer (no lleva el grupo sc), sobre todo en la tercera persona, presente del indicativo: adolece. Adolecer significa tener algún defecto. He escuchado recientemente, dicho por una persona inteligente, que adolescente quiere decir que adolece.

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Creen, erróneamente, que “adolescente” procede de la misma familia que el mencionado verbo, debido a que entre esas voces ocurre alguna semejanza o parecido, tanto de sonido como de escritura. Para justificar la complejidad de carácter de los muchachos durante la adolescencia, le atribuyen a la palabra una “etimología” que la enlaza con el verbo adolecer. Sin embargo, estas voces tienen raíces muy distintas.

Esa relación etimológica es comparable a la que hacían algunos profesores respecto de la palabra estudiante. Decían que estudiante quiere decir “que estudia antes” y quien no estudia antes es un “estudia después, no estudiante”.

Adolescente, nada que ver con adolecer

Ante una consulta en líneabasada en la pregunta: ¿Están relacionadas etimológicamente adolescente y adolecer? La Academia Mexicana de la Lengua respondió lo siguiente:

“Las voces adolescentes y adolecer no están relacionadas etimológicamente. La primera procede del latín adolescentem, acusativo de adolescens ‘que está creciendo’, participio activo del verbo adolescere ‘crecer, desarrollarse’, el cual se forma de ad- ‘hacia’+ -olescere , de alescere ‘crecer’, literalmente ‘ser alimentado’. Con respecto a la voz adolecer, se forma a partir del prefijo a- ‘cabalmente’ + doler ‘sufrir, sentir dolor, padecer’, del latín dolere, + -ecer terminación de infinitivo”.

Aunque resulte sorpresa, conviene saber que las palabras adolescente y adulto derivan del mismo verbo latino: adolescere, que significa crecer, desarrollarse. “Adolescente” deriva del participio presente que es activo; por tanto, es el que está creciendo; adulto del pasado, que ya ha crecido. De “adolescentem” ha venido al castellano adolescente; de “adultum” “adultu” proviene, adulto.

Las informaciones del párrafo anterior las he encontrado en la Internet, pero el Diccionario de la lengua española ubica la procedencia de la voz adolescente, también en el latín, pero en el adjetivo “adolescens”. Igual señala la publicación académica el origen del adjetivo adulto en el latín “adultus”.

Para que quede claro que no hay parentesco entre adolescente y adolecer, les recuerdo que, de acuerdo con el Diccionario de nuestra lengua, adolecer significa: 1. tr. desus. Causar dolencia o enfermedad.2. intr. Caer enfermo o padecer alguna enfermedad habitual.3. intr. Tener o padecer algún defecto. Adolecer DE claustrofobia.

El participio activo de adolecer es adoleciente, cuyo significado es que adolece, como envejeciente se refiere a quien envejece.

Adolescente es un participio activo del verbo correspondiente en latín, pero en castellano funciona como sustantivo (Los adolescentes son así) y como adjetivo (Es propio de la conducta adolescente…), sin que dependa de ningún verbo, pese a su terminación -nte.

La complejidad del adolescente no es dolencia ni defecto, pero será mejor que lo explique el maestro Enerio Rodríguez Arias. Para esta columna basta con precisar que adolescente y adolecer no tienen raíces comunes.