El alza de un 30% en los precios de las materias importadas como soya, maíz y petróleo no explica en su totalidad la inflación que tan fuerte ha golpeado los bolsillos de los consumidores y que las autoridades confían en que sea transitoria.
La situación que se ha presentado desde hace alrededor de un año, cuando estalló la pandemia sanitaria, no deja de ser compleja por los muchos factores que intervienen.
El alza es una realidad, con el agravante, como expuso el economista Roberto Despradel, de que el coronavirus ha representdo desafíos a todos los niveles.
Es posible que el consumidor acepte el impacto del alza de los precios del petróleo, pero aún no se descarta la especulación de sectores que como de costumbre tratan de aprovechar las crisis para hacer su agosto.
Significa que las autoridades no pueden conformarse con explicaciones, sino que se tienen que tomar medidas para paliar siquiera el tormento de los consumidores, sobre todo de los de más bajos ingresos.
Que los industriales estén dispuestos a cooperar para corregir distorsiones puede ser un gran aporte para aliviar el drama de las alzas en el mercado interno.