Opinión Articulistas

Amenazasa mujeres

Amenazasa mujeres

Susi Pola

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, hace años expresaba que, los agresores de mujeres en el ámbito de la pareja y/o familiar, y también de sus hijos e hijas, son del tipo de delincuentes más peligrosos, por su obsesiva persistencia en acosar y agredir a sus víctimas, y por su letalidad.

Sus estudios, mostraban que, un porcentaje considerable de mujeres víctimas de violencia de género, terminan siendo asesinadas por sus agresores después de la separación y frecuentemente, teniendo medidas cautelares de protección. De hecho, entre el 50% y el 90% de los feminicidios, ocurren entre la denuncia y la separación y dentro de los 12 meses posteriores a la misma. (Y recordamos el caso de Miguelina Llaverías, cuyo agresor intentó su feminicidio en modo de sicariato 28 años después de la separación y divorcio).

Estas consideraciones no están siendo tomadas en cuenta por actores y actoras del proceso penal en nuestro país y se minimiza el hecho puramente criminal por circunstancias externas a él, como son todas las barreras socioculturales, moralismos, creencias sexistas, clasistas, de orden ideológico, etc., que determinan una victimización secundaria en todos los casos.

Es el mismo sistema penal que, en materia de Violencia de Género Contra Mujeres y Niñas, vulnera derechos de las víctimas y, además, las pone en riesgo.

Lo hace la Policía cuando no entiende que, un agresor que amenaza de muerte a su pareja debe buscarse y encontrarse lo antes posible.

Lo hace el Ministerio Público, cada vez que desestima a una víctima porque no tiene el estereotipo de “pobre mujer acabada”, o por cualquier otra idea preconcebida.
Lo hace el poder judicial, cuando un/a juez/a, se cree imparcial si considera al agresor “tratando de entenderlo”, se deja manipular por él y mueve medidas a su favor que desprotegen totalmente a la víctima.

Lo hacen también, abogados/as ignorantes del fenómeno.

En nuestro país, estos espacios de la justicia penal, desarticulados y desiguales en todos los órdenes, no saben lo que tienen entre manos en Violencia basada en el Género Contra Mujeres y Niñas, un obstáculo para el acceso de las víctimas que muchas veces les cuesta la vida.

Sumado al entorno social desfavorable para el tema, hasta en las mismas familias, y a una prensa sensacionalista y superficial, centrada en vender, obtener mayor atención, destacando el carácter sangriento de los hechos, hacen que los procesos penales para las víctimas de Violencia de Género, sean una verdadera pesadilla, y hasta una antesala de su propia muerte.