Editorial

Año escolar muy retador

Año escolar muy retador

El Ministerio de Educación convoca a casi tres millones de estudiantes y cien mil profesores al inicio este lunes del año escolar durante el cual, obligado por el coronavirus, la docencia se impartirá de forma virtual y a través de la televisión, lo que supone un reto sin precedentes para la comunidad educativa nacional.

La propagación de la pandemia colocó a las autoridades en la disyuntiva de ejecutar el calendario educativo a distancia, suspender o perder un año lectivo, lo que el ministro de Educación, Roberto Fulcar, cree que sería “una tremenda desgracia nacional”.

El año escolar que comienza mañana se erige como un gran reto para estudiantes, familia, magisterio y todo el sistema educativo público y privado que nunca antes habían afrontado una experiencia de esa naturaleza, en la cual la tecnología, creatividad e interrelación entre alumnos, padres y maestros juegan papeles estelares.

La estrategia “Aprendamos en Casa”, diseñada por las autoridades educativas, tendrá que vencer muchos obstáculos logísticos, administrativos y psicológicos, como los que refieren que solo un 24.4% de los estudiantes posee computadora, laptop, o tablet y apenas un 55% tiene acceso a internet.

Más de un 50 % de los alumnos de escuelas públicas recibirían docencia a través de la televisión, lo que también representa una experiencia retadora para padres y tutores, que dispondrían de un canal exclusivo para tutoría en acompañamiento a sus hijos, y manejo psicológico sobre un escenario inédito donde la escuela es el hogar.

Entre los riesgos mayores de la jornada educativa que inicia este lunes figura el incremento de la deserción escolar, para lo cual el Ministerio de Educación adelanta un programa de visita de maestros casa por casa para indagar posibles desconexiones de alumnos con el programa de enseñanza a distancia.

Este año escolar representa una de las empresas de mayor relevancia que emprende la nación en tiempos de pandemia, por lo que se requiere de la unidad absoluta e incondicional de la comunidad educativa y de todos los sectores nacionales en la ingente tarea de conducirla al éxito pleno.

El costo de 50 mil millones de pesos que conlleva el diseño y ejecución del programa “Aprendamos en Casa”, debe erigirse como una inversión valiosa y productiva que ha de impactar en el desarrollo de la educación y de los educandos, para lo cual es indispensable que todos halen la cuerda en la misma dirección.

El Nacional

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