El mundo será lo que la juventud quiera; si esta ama la verdad y el bien, eso habrá en el mundo.” Imposible no iniciar este artículo con esa perenne frase del famoso físico alemán Werner Karl Heisenberg, quien desarrolló el principio de la incertidumbre que resultó ser fundamental para la teoría cuántica.
Hacemos la referencia porque somos del pensamiento afirmativo de que el desarrollo social y cultural de una nación solo se puede lograr a través de sus jóvenes. Diría Juan Bosch que así como “marchan los jóvenes, marchará el país.”
Respecto a la importancia vital de que nuestra juventud se empodere y asuma las posiciones que permitan realizar los cambios estructurales que requiere esta nación, ha surgido una novedosa propuesta sabatina que va revolucionar los ejes tradicionales de la comunicación.
Se trata pues del “Zol de los sábados” que a partir del 16 de julio del 2016 de 7-9AM, iniciará un ciclo histórico y trascendental por su conformación. Es el primer equipo compuesto en su totalidad por lo mejor de nuestra juventud. Muchach@s profesionales brillantes, con reputada solvencia moral y con intelectos ampliamente cultivados. Cada uno de sus integrantes cuenta con notable reconocimiento social y han demostrado que saben asumir compromisos en sus vidas públicas y privadas.
Este formidable equipo estará compuesto por: Julio Alberto Martínez cuyo nombre por sí solo se ata a la comunicación del más alto nivel; Orlando Jorge Villegas, joven extremadamente preparado y trabajador que a su corta edad ya produce un importante noticiario dominicano; Marianne Cruz, hermosa y dedicada joven que tiene una dilatada presencia en los medios y en cuya voz radicaría la expresión de un importante sector de la juventud; Elizabeth Mateo, que no requiere de presentación y que sus luchas –las cuales hemos compartido juntos pero desde distintos litorales- se ha enfocado siempre en los desamparados; Ernesto Jiménez, una estrella en ascenso cuya intelectualidad trasciende cualquier frontera partidaria y es de obligado reconocimiento y por último, el infrascrito servidor.