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Apagones en Europa

Apagones en Europa

Juan Taveras Hernández

Advierto que soy un neófito, más bien un completo ignorante en materia de desastres naturales, ya sean provocados por la imprudencia del hombre, por su ignorancia, incompetencia o ambición desmedida, o, por los embates incontrolables de la propia naturaleza que ocasionalmente se ensaña contra los golpes que viene recibiendo desde hace millones de años, como sucedió con el meteoro “Chicxulub” en la península de Yucatán, México, hace aproximadamente 66 millones de años, acabando con el reinado de los dinosaurios y muchas otras criaturas de diversos tamaños y capacidades.

La vida volvió a “nacer” muchos siglos después de diversas especies, formas y capacidades de supervivencia. (La historia explica este largo periodo del nacimiento, crecimiento y desarrollo de la vida, no solo humana, desde el homo sapiens, los “neandertales” que desaparecieron después de haber vivido poco más de 300 mil años y que se dice que formaron parte del hombre moderno, etc., etc. etc. (La historia, según he leído, es más larga y vieja que la humanidad misma con sus millones y millones de años).

Perdonen la disquisición y los errores científicos o de carácter histórico que pude haber cometido, que de seguro los cometí, pero en realidad lo que provocó esas divagaciones fueron los apagones que se produjeron recientemente en Europa, fundamentalmente en España y Portugal. Aún no se han determinado las causas reales.

Se habla de un “ciberataque”, pero no está confirmado, ni se le atribuye a ningún sector o país especifico. Lo que sí sabemos es que un “ciberataque” es posible. De hecho, los “ciberataques” suceden con frecuencia a países e instituciones gubernamentales. No es casual que los países hayan formado “escudos” para protegerse, no sólo de los “ciberataques”, sino de los ataques militares a través de misiles y otras armas, como drones, etc.

Si todo eso ocurriera, si lo imprevisto se torna realidad, hoy o mañana, la humanidad si no desaparece, volvería a la edad de piedra. El homo sapiens o su antecesor, el mono en cuatro patas, volvería a reinar. (Tal vez así la vida comenzaría por mejores pasos sin que llegue el momento en que alguien diga: “! ¡Esto es mío¨! Le ponga nombre a las cosas, incluso a los dioses, y se apropie de ello).

Pero bueno, tampoco es mi tema. Pensé, eso sí, ¿que sería del mundo sin energía eléctrica? ¿Sin energía? ¡El mundo moderno colapsaría! Algo tan simple: Cuando el móvil (celular) se nos extravía, se nos queda en el vehículo, en la casa, la oficina, universidad, etc., nos volvemos locos, nos sentimos desarmados, que algo fundamental nos falta.

Sin energía eléctrica las calles serían un caos; los semáforos apagados, los tapones interminables, las colecciones por doquier, sin autobuses, salas de cine, televisores, computadoras, taxis, tremes, aviones, barcos, etc.