Juana Arrendell llegó desde San Pedro de Macorís día cualquiera de principios de 1994 consciente de lo que quería y a donde aspiraba llegar en el deporte. Cristóbal Marte, Mayo Sibilia y Gioriver Arias trajeron con la ilusión de que aquella espigada y talentosa joven formara parte del Proyecto de Selección Femenina de Voleibol. Pero ya Juana tenía un compromiso con el Ejército Nacional.
Arrendell agradeció, y aún lo hace, las intenciones y atenciones de Marte, Arias y Sibilia para con ella, pero no se arrepiente de haber seguido concentrada en lo suyo, el atletismo.
El domingo, Juana concluyó su sueño de niña cuando fue inmortalizada al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, en el 50 Ceremonial.
La múltiple campeona de salto alto en Juegos Panamericanos y en Centroamericanos dijo que la inmortalidad es un homenaje que la compromete con su país.
La atleta dominicana de su género más laureada en la disciplina de campo y pista, afirmó que la inmortalidad deportiva la honra y la hace sentir muy especial. Juana, quien reveló que hasta llegó a vivir en la casa de Mayo y Gioriver, mostró su agradecimiento al deporte y al país, por “haber transformado mi vida desde una humilde campesina de clase muy baja hasta una atleta de renombre nacional e internacional”.
Arrendell, mostrando un agradecimiento fuera de serie, utilizó como edecán a su descubridor y primer entrenador, Luciano Alvarez, un veterano profesor de educación física que hoy es un inmortal del deporte en su natal San Pedro de Macorís.
Su agradecimiento no quedó ahí. Citó a la Federación de Atletismo, al Ministerio de Deportes y a su ex ministro Felipe Payano, al Comité Olímpico Dominicano y su presidente Luis Mejía Oviedo, “y por supuesto mi mamá adoptiva que está aquí presente y quiero que se pare, párate Natalia, sin ti no hubiera sido posible alcanzar los logros que obtuve en las pistas”, dijo sobre la entrenadora rusa Natalia Korotaeva.
UN APUNTE
Dedicado a compatriotas
“Este reconocimiento es de todos los dominicanos que me apoyaron en los grandes y los malos momentos de mi carrera”dijo la campeona de los panamericanos de Winnipeg ’99 (fue despojada de la medalla de oro), Santo Domingo 2003 y los Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 98 (Venezuela), El Salvador 2002 (El Salvador) y Cartagena de Indias ‘2006 (Colombia).