Al margen de las irregularidades con las contrataciones en ministerios tan protagónicos como el de Obras Públicas lo más normal es que las autoridades entrantes ordenen una auditoría para conocer en detalle la situación de la cartera y determinar si el uso de los recursos se corresponde con las normas establecidas.
Por los escándalos de las obras de Odebrecht, la Procuraduría General de la República solicitó una experticia a la Cámara de Cuentas de la que no se sabe si siquiera se efectuó.
El futuro ministro de la cartera, Deligne Ascensión, anunció que tanto pronto asuma el cargo ordenará una auditoría de todos los proyectos, incluida la construcción del ruidoso aeropuerto de Bávaro. Como el presidente electo Luis Abinader ha garantizado que no habrá “borrón ni cuenta nueva” la auditoría anunciada por Ascensión representa un compromiso.
Si se determinan irregularidades con méritos para procesos judiciales tendrá que actuarse.
Pero si no se encuentran indicios de corrupción se tiene que dar cuenta a la opinión pública. De lo que no hay duda es que se tienen que investigar las obras ejecutadas por la institución.